Un dolor, un trauma y una tentación conllevan a Isabella Gael cometer un pecado, para cualquier ser humano un pecado puede ser fácilmente perdonado ¿cierto? Claro eso solo ocurre si el pecado no tiene armas y no es un hombre loco.
La cabeza de Isabe...
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E L C A S T I L L O
Pasé una de mis manos por la frente para quitar cualquier residuo de sudor, llevábamos hartos minutos caminando y honestamente por más que quise quejarme no lo hice y mucho menos al ver que Troy estaba mucho más que reluciente en este trayecto, habíamos charlado un poco acerca de nuestras vidas. Por supuesto que me reserve la parte del porque estaba huyendo, no es como si le fuera a revelar a cualquier individuo ese terrible secreto que cargaba, sin duda alguna Troy me caía bastante bien y me demostró que no solamente era un chico guapo si no que también era uno muy inteligente.
Sin embargo había algo en el que me ponía alerta, cuando le pregunté el porque el estaba en este bosque se puso como un cerdito lleno de lodo diciéndome que estaba aquí por que le gustaba mucho la naturaleza y que no se que, honestamente yo no me lo tragaba mucho el cuento pero todavía me quedaban mis valiosas armas por lo que me hice la tonta y le respondí que a mi también me gustaba mucho. Volviendo a la realidad noté como el mencionado paró abruptamente su caminata y se giró para verme muy nervioso — Quiero que sepas Isabella que para donde vamos la gente es algo diferente — lo mire totalmente perdida — Diferente ¿cómo? — pregunté — No tenemos las mismas costumbres — respondió pensativo, puse una de mis manos en su hombro — Se que escondes algo y que temes decírmelo y sinceramente te entiendo, todos escondemos cosas, es algo creo que natural además no creo que sea tan malo como para que te pongas así — hablé, al final de la oración le ofrecí una sonrisa cálida para que se sintiera tranquilo, Troy dejó salir un estruendoso suspiro — Tienes razón — dijo aún nervioso.
— Por cierto podemos descansar un poco, la verdad no se cómo lo haces para resistir tanto — tomé asiento en el suelo y saqué unas cuantas chucherias de mi mochila — ¿Con eso te alimentas? — preguntó a la vez que arrebata de mis manos la funda de Lay's — ¿Ves algún restaurante por aquí? No, así que dame eso — arrebaté la funda de sus manos y comencé a comer nuevamente.
— Isabella, ya queda poco para que lleguemos si nos detenemos ahora la noche llegará y déjame informarte que este bosque de noche es bastante peligroso — solté un gruñido — Tenemos como 37 minutos caminando Troy, te voy a demandar por abuso psicológico y físico — di un mordisco celestial a mi Lay's — ¿Y Si te prometo que te compraré toda la comida que quieras aceptas? — me paré rápidamente del suelo y sacudí la tierra de mis pantalones — Dame tú palabra — exigí mientras lo miraba fijamente a los ojos — Es un trato cariño — su semblante serio cambio por una sonrisa cuando me vio caminar sin rumbo alguno — Este...Troy — rasqué mi cien para disimular la vergüenza — No se donde queda tu casa — una carcajada limpia brotó de su garganta y con eso empezamos a caminar para llegar al famoso destino.
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