-Capítulo 4

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                   |Sr.Bobinsky|

                       Caroline

Desperté por un leve dolor en mi espalda, abrí mis ojos lentamente.
Ahí estaba de nuevo, en la horrible casa de siempre, el incómodo colchón estaba acabando conmigo, me sentí un poco triste al ver que solo había sido un sueño.

Miré a la muñeca de botones apoyada en un estante, creo que podría acostumbrarme a que cambie de lugar a cada rato. Con la mirada busqué a Thomas, pero no estaba ahí. Me puse mis pantuflas y bajé rápidamente.

Antes de ir por Thomas entré al living. Abrí la pequeña puerta con entusiasmo, quedando completamente decepcionada. No había nada. Ahí estaban los malditos ladrillos. Definitivamente todo había sido un sueño.

Salí de ahí cerrando la puerta y fui en busca de Thomas.

[...]

- Fue demasiado real, Thomas. Parece que estuviera loca pero no es así. -dije comiendo de mi tostada.

- Botones en vez de ojos, ¿eh? -dijo él sirviéndose café.- lo del pollo asado no es real, caroline. Ni siquiera sé cocinar. -dijo el rubio burlándose de sí mismo.

- Te juro que fue increíble, incluso vestias muy elegante, llevabas un increíble smoking, de hecho podría decir que te veías más guapo que de costumbre. -dije riendo.

- ¿Elegante? Tomate tus vitaminas aunque sea. -dijo él tomando de su café.- además, debo decir que nada es más cómodo que vestir con pijama y pantuflas, para mí eso es elegante. Jamás vestiria con smoking por casa. Qué incómodo.

- Como digas. -seguí comiendo de mi tostada.- Thomas... ¿tienes tiempo libre? No sé, podríamos hacer algo juntos.

- Sabes que no tengo tiempo, caro. Hoy estaré más ocupado de lo habitual, deberías ir a conocer a las vecinas Spink y Forcible, me enteré que son actrices. -se calló por unos segundos.- apuesto a que ellas les encantaría escuchar tu sueño. -sugirió el rubio.

Salí de casa, no tuve más remedio, no quería quedarme ahí aburrida viendo como Thomas me ignora por su trabajo

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Salí de casa, no tuve más remedio, no quería quedarme ahí aburrida viendo como Thomas me ignora por su trabajo.

Cerraba la puerta detrás de mí, hasta que me topé con una torre de diferentes tipos de queso con un olor horrible. Me agaché y los tomé en mis manos.

- ¿bobinsky? ¿bobinsky? -dije mirando cada uno de ellos.- quién será ese tal bobinsky. -dije para mí.

Alcé mi vista y encontré un letrero que decía "bobinsky allá" mostrándome el departamento donde podría estar viviendo el dueño de esos paquetes con olor desagradable.

Seguí el letrero y empecé a subir las escaleras con los paquetes en mis manos. Probablemente se habían confundido de lugar. Debía hacer el trabajo de los idiotas que se equivocaron.

Black bottons. | Thomas Brodie-Sangster Donde viven las historias. Descúbrelo ahora