8- Basorexia

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La joven abrió los ojos lentamente, el sol penetraba en estos de forma dolorosa. No recordaba nada de anoche, solo sabía que Jullie la había traído de vuelta a casa.
Al sentarse en la cama, un punzante dolor invadió sus pensamientos, definitivamente había Sido una noche divertida.
En la cocina se encontraba su hermana, haciendo el almuerzo.
-Miren quien apareció. Estoy cocinando, así que no desayunes-
Asintió brevemente con la cabeza, dirigiéndose a la nevera, buscando un poco de agua.
-Llama a Nicole, no quiso subirse con nosotras, y se fue con un chico raro de pelo negro.-
La semidormida joven esbozó una sonrisa, sabiendo perfectamente quien era el chico de pelo negro, y que fueron a hacer anoche.
-¿A que hora volvimos?-
-Me llamaste a las 3am, pero entre que vomitaste, coqueteaste con el guitarrista, y lloraste borrachas con Nick, se hicieron las 4-.
¿Cómo que coqueteó con el guitarrista? Seguro el también estaba bajo el alcohol. No quiero ni pensar que le dije.
Agarro un vaso de agua y volvió a su habitación. Ella y Jullie estaban solas en casa y era domingo, por lo tanto nada la obligaba a salir de su cama.
Marco el número de Bill, el cual contesto al instante, con la voz ronca. Parece que lo había despertado
-¡Wow, la enamorada al fin se despertó!-
-¿De que hablas?-
-Oh, no recuerdas nada-
Desde ahí ya sabía que había dicho o hecho alguna estupidez.
-Fuiste entre lágrimas con Tom a preguntarle por qué la había cambiado por la perra con la que estaba-
Un silencio se generó en la llamada. Ella no estaba acostumbrada a pelear, menos con un chico. Pero desde los efectos del alcohol, era otra persona.
-Luego de eso, Tom te tomo en brazos y te llevo afuera, para que no pelearas más con la "perra". En serio fue divertido escuchar tus insultos mientras llorabas- una pequeña risa salió de ambos.
-Yy, ¿tu y Nick? Me contaron por ahí que te fuiste con ella...-
-Vino a mi casa a ver una nueva camisa que compre el viernes-
Los nervios en el chico se podían notar aún sin verlo, parecía que el iba en serio con la tailandesa, y ella también lo quería.
Al colgar el teléfono, se cambió de ropa y se dirigió a la casa de la famosa chica asiática.
-Fue el mejor sexo de mi vida-
-Primero que nada, buenos días, Nicky-.
-En serio, jamás lo hubiera imaginado de el.-
-Entonces, ¿oficialmente están saliendo?-
-Aun no me lo dice, pero cuando lo haga, ya tendré un seguro "SI" en la punta de la lengua. Por cierto, Tom y tú si que se divirtieron ayer, ¿verdad?-
Sus mejillas se tornaron carmesí, pensó que solo Bill lo sabía, pero parece ser que más de una persona fue testigo del "incidente"
-"Oh, Tom, ¿Por qué me cambias por una zorra como ella? ¿Acaso no te gusto? ¿Después de todo lo que hicimos? Te odio. Por favor, quiereme. Haré todo lo que quieras, pero quiereme, mi amor"- Una carcajada rompió el silencio generado por la interpretación de la chica de mechas grises.
-Dios mio, ¿ahora como lo vere a la cara de nuevo?-
-El no se quejo en ningún momento de tus palabras, es más, te saco de la fiesta y hablaron un buen rato-.
Ambas se quedaron en silencio, la acusada en especial. Seguro lo que había dicho, había aumentado el ego en el, haciendo que ella pierda. Maldito.

(...)

La joven estaba yendo a la escuela, tratando de buscar en su mochila su teléfono. Cuando de pronto, una mano la tomo de la muñeca, haciendola frenar.
-Mira que bonita sorpresa, creo que no recuerdas nada de anoche, ¿Verdad, "mi amor?"-
Mi amor.
Que lindo sonaba cuando lo decía el, con esa sonrisa tan tentadora, y sus preciosos ojos tan brillantes como una estrella.
La joven no pudo hablar sin tartamudear, ambos callaron, tratando de no arruinar el magnífico contacto que tenían; ambos mirándose fijamente, tratando de explicarle al otro el nacimiento de sus sentimientos, de por qué lo necesitaba incluso para dormir. De por qué lo pensaba todo el día, que no quería molestarlo, al invitarlo todo el tiempo a sus pensamientos, pero era imposible no sonreír al escuchar su nombre, era imposible no desearlo cuando sonaba una canción romántica, era imposible no pensarlo cuando alguien mencionaba algo que estuviera relacionado con el amor.
Era un contacto cómodo, dulce, cariñoso. Sus miradas, espejos del alma, expresando todo lo que no se puede decir con palabras.
Pupilas que se dilatan
Que deleitan
Que delatan...

La joven no soporto más el hecho de no poder besarlo, se dió media vuelta y siguió su camino, mientras detrás de ella, estaba el, repitiendo lo que ella había dicho la noche anterior.
Si hubiera Sido otra persona, seguramente la hubiera abofeteado por no dejarla en paz, pero el podía hacer lo que sea con ella, incluso lastimarla.

-Pues yo no recuerdo haber dicho nada de eso, estás mintiendo-
-Vamos, bella. Sabes que dijiste todo eso y más-. Ambos sonrieron tiernamente, mientras seguían caminando por el parque.
Mientras estaba muy ocupada observando al sexy hombre que tenía al lado, choco repentinamente con una figura femenina; de cabello claro, más alta que ella, ojos marrones, tez blanca, y complexión media.
-Lo lamento, no ví que ven...-
Antes de terminar de hablar, su acompañante de rastas le rodeo la cintura, haciendo que de dos pasos hacia atrás. Al levantar la vista, tratando de descifrar a quien tenía en frente, su rostro se torno blanco; se había chocado con la mismísima "perra" de anoche.
-Me debes unas disculpas, mocosa-
-Yo no te debo nada. Estaba borracha, no sabía lo que decía-. Se alejo de ella, quedando a 30 centímetros de distancia. Mientras ella hablaba con dos chicas que venían a su lado, las cuales miraban a Milán de forma asesina.
-¿Ah, si? ¿Quien demonios te crees que eres?-
-¿Quien se supone que debo ser?-
-Ya veo por qué te reemplazaron-
Las tres muchachas rieron, mientras escuchaba como el chico junto a ella le susurraba que se fueran.
Sin embargo, Milán había tenido la peor mañana de su vida, estaba lo suficiententemente estresada: había peleado con sus padres, aún tenía resaca del domingo y estaba llegando tarde a clases.
-¿No vas a decir nada, pequeña?-
-Tranquila, las acciones dicen más que mil palabras-
Acto seguido, agarro fuertemente a la mujer del hombro, levantó su puño y la golpeó con todas sus fuerzas, en su rostro.
Todas las personas presentes se voltearon a ver, mientras el solo reía, y las amigas de la lisiada se miraban aterradas.
Ella no se metía en peleas, pero no se dejaba pisotear.
Asi de loca estaba, con un pie en el infierno y con otro en un cuento de hadas.

Marlena
Holaa, cómo están? Espero que les guste el cap! Cualquier duda, recomendación o corrección soy todo oídos¡! No olviden votar y comentar. Los quieroo<3

Metanoia (Th FC¡)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora