La joven Kajabami desea vivir una vida tranquila y pacífica o eso cree ella...
En busca de un lugar para vivir se topa con el reino de Alabasta, donde una vez más conoce la verdadera cara de la vida.
Emprende un viaje junto a una tripulación un tant...
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Ahí estaban eso dos. Bebiendo como si nada, la sonrisa coqueta de la peliblanca solo llamaba la atención. En cambio el peliverde tenía las miradas de aquellas mujeres en él.
-¡Dúo de Dioses¡- Exclamó una camarera para llamar la atención de esos dos -Aquí están las dos botellas de Sake y las brochetas- Moviendo sus caderas se acercó a la mesa -Si necesitan algo más, llamenme- Les guiño un ojo descaradamente.
-¿A quien más llamaríamos si no fuera a tí?- Le devolvió el guiño y con una sonrisa en sus labios le lanzó un beso -Y sobre llamarte... ¿No crees que sería mejor que tu me llames? Si lo haces iré de una vez, Primor-
Con una sonrisa triunfante se dirigió a la barra, bajo las miradas de envidia y enojo. La Rubia de grandes caderas y atributos le lanzó miradas coquetas a la peliblanca, quien sonreía por lo descarada que era esa mujer.
-Genial... Otra sinvergüenza mas que soportar- Bufó Zoro -Contigo me basta-
-Pff... No te enojes, queridito- Volvió a centrar su atención al hombre -Solo le sigo la corriente, después de todo... ¿Quién soy para negar atención y amor?-
-Descarada- Él peliverde negó con la cabeza para hechas un vistazo a la taberna -¿No te parece que es raro?- Preguntó sin quitar su mirada del alrededor -Ellos actúan raro-
-Tienes razón- Asintió -Fue raro cuando nos dieron la bienvenida, era como si no supieran casi nada- Llevo su vista a las recompensas pegadas en la pared -Tienen incluso recompensas viejas, de piratas capturados... Y hablan como si no supieran que han pasados muchas cosas- Sonrió para sus adentros -"Y eso es bueno... Si no... Ya me habrían atrapado..."-
-Algo extraño esta pasando en esta isla...- Zoro miró su jarra llena -Y no me agrada...-
-Para mi no hay problema, estoy mejor asi- Sonrió -Si ellos supieran mi verdadera identidad sería un fastidio-
-¿Tu verdadera identidad? ¿Te refieres a que eres hija del infame Demonio Carmesin?- Susurró.
La Kajabami abrió exageradamente sus ojos, mirando al peliverde.
-"¿De qué mierda estaba hablando? ¿La hija del demonio Carmesín? ¡Acaso esta loco¡"- Su mirada desconcertada preocupó al espadachín.
-¿Qué?-
-¿Estas borracho?-
-¿Eh? ¡Claro que no!- Gruñó -Vamos, no te hagas la inocente. Se que eres familiar de ese Demonio Carmesín... Tu cabellera te delata-
