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22. Napa will keep our secret. pt2

NARRA KENDALL JENNER.

Después de un bonito recorrido con mi familia decidimos regresar a la cocina y preparar algo para comer.

-Quiero que disfrutes esto, ¿bien? -hablé al oído de mi castaña. -Olvida todo, hoy solo somos nosotros 3. -bese su mejilla.

-¿Podemos dar un paseo con los caballos después de almorzar? -habló el pequeño que estaba jugando con algunos utensilios de cocina.

-Desde luego, amor. -dijo Jessi.
-Podemos dar una vuelta por el viñedo, ¿No, Kenny?

-Si, genial

Había equipado la casa con cosas básicas y artefactos que debía haber si o si. Entre esos había un tocadiscos, sabía cuanto le gustaban las cosas vintage a Jessica.

Incluso compre gran variedad de vinilos, escogiendo perfectamente el tipo de música que le gustaba. Me acerqué a el y tomé uno de los tantos discos.

Nothing's Gonna Stops Us Now -Starships

Se empezó a reproducir y ella al escuchar la balada me sonrío coqueta. Regrese a la cocina y la ayudé a preparar la pasta que a petición de Miles estaba en proceso.

—Me siento tan en paz cuando estoy con ustedes, ¿lo sabías? —mencioné. —Ojala pudiera ser así siempre...

—Lo sé, extraño esto. Simplemente estar juntos en familia —vi como me dio una sonrisa ladeada.

—Deberíamos hacerlo seguido, a Miles parece gustarle

—¿Que no le gusta a ese pequeño angelito? —dijo. —El será un chico tranquilo con un corazón increíble. Igual que tu —sonreí ante el piropo.

Continuamos cocinando con música linda reproduciéndose. Después de almorzar y platicar un rato el sol bajo, significaba que era el momento perfecto para salir.

NARRA JESSICA JONES.

Fuimos al establo, Miles subió conmigo a un caballo blanco con algunas manchas, se parecía a Arizona.

Iniciamos lento, hace mucho que no montaba caballo y estaba algo desacostumbrada.

—La última en llegar prepara la cena —dije antes de empezar a ir más rápido dejando a Kendall algo confundida

Miles reía por lo rápido que íbamos. El camino entre la siembra de uvas estaba visible así que fui por ahí.

Hasta que el camino marcado nos llevó hasta la que parecía ser la bodega de vino. Baje mi velocidad cuando lo vi más de cerca.

No tardó mucho que Kendall llego detrás de mí. —Eso no es justo, no me avisaste —dijo con un puchero.

Ella amarro a los caballos y nos ayudó a subir. Tomó con un brazo a Miles y con la otra tomó mi mano para adentrarnos al lugar.

Cuando entramos el lugar estaba iluminado por luz tenue en candelabros, y un largo camino de barriles nos mostró la dirección.

Nos movimos un poco por ahí hasta que llegamos al centro del lugar. Había una pared con repisas llenas de los mejores vinos que podías imaginarte.

—¿Te gusta? —me preguntó Kendall, estaba impresionada con la vista a mi al rededor. 

—Me encanta —le dio un apreton a mi mano y se acercó para besar mi mejilla.

—¿Que es esto, mamá? —el pequeño en sus brazos miraba todo sin entender.

—Es una bodega de vinos, Miles. Aquí está resguardado todo el vino para la venta
—explico y el se quedó boquiabierto.