STRANGER - |MINSUNG|

Capítulo 14

ME GUSTAS

Sus ojos carmesí miraban al frente mientras caminaba a paso veloz y constante, las paredes oscuras y las pocas antorchas que iluminaban el largo pasillo eran su única compañía.
Su semblante serio no dejaba a la menor idea de lo que pasaba por la mente del demonio cabello negro.

Doblo a la esquina y levantó un poco la mirada para observar la gran cerradura de la enorme puerta de madera, levantó una mano y la tocó dos veces, luego de esto la puerta se abrió.

Caminó hacia la enorme silla negra con pequeñas calaveras de oro y plata que la adornaban, sobre ella estaba su amo, uno de los caídos originales, tenía una copa en la mano con una sustancia viscosa color rojo, sus ojos observaron al pequeño demonio que se arrodilló ante él.

— ¿Que noticias trae para mi? — la voz profunda del caído resonó en la enorme habitación.

— Amo, dos grandes acontecimientos han sucedido.

El caído sonrió de lado prestando toda la atención a su lacayo.

— Habla Vil, deja escuchar tus grandes noticias.

— El syriano a sido hallado.

— Eso es perfecto. ¿Ya están los preparativos para traerlo?

— Si amo, el portal tardará un par de días.

— perfecto.

— Amo, si él se resiste...

— ¿Que pregunta es esa? Claro que va a resistirse, los siryanos fueron echos para odiarnos, claro que no querrá venir a este lugar, pero lo incentivaran. — el caído se puso de pie y caminó hacia Vil — ¿Tienes noticias de la daga?

— Si amo, ya está en nuestro poder — el caído sonrió enormemente

— Eso es fantástico — al estar cerca del demonio le puso una mano en el hombro, tuvo que agacharse un poco — Eso es lo que usaras como incentivo.

— Si amo — el demonio después de una reverencia se puso de pie y salió de la gran habitación.

Igual si la daga no funcionaba Vil había descubierto otra manera de poder hacer que los acompañara.

💫

Los ojos de Han se abrieron lentamente acostumbrándose a la luz que se colaba por la ventana.
Levantó una de sus manos y con su dedo índice froto sus ojos lentamente, al estar totalmente despierto lo primero que observo fue el rostro de Minho muy cerca de él.
El humano respiraba lentamente, sus ojos cerrados dejaban ver el largor de sus pestañas, su rostro relajado, sus labios un poco abiertos...

— Sus labios~ — Han susurro sonriendo, nunca se había puesto a apreciar la belleza de Minho, siempre hablaba de lo bello que era el mundo, pero jamás se puso a detallar el rostro de Minho. Él era el sinónimo de belleza.

Levantó uno de sus dedos con la intención de tocar su rostro pero  se detuvo en seco cuando los ojos de Minho se abrieron de repente y lo miraron de manera divertida.

— ¿Soy tan lindo que no puedes dejar de verme? — la voz de Minho era suave, esto hizo erizar a Han de pies a cabeza.

— sigue siendo más linda la noche y la luna —  mintió notablemente mientras escondía sus dedos y guardaba sus manos bajo la cobija.

Minho sonrío y con su mano recorrió el rostro de Han, dando suaves toques.

— Yo sigo pensando que eres lo más lindo qué hay en el universo.

Han sintió su estómago revolotear y se escondió bajo las cobijas para ocultar su vergüenza.

— No digas esas cosas, me haces sentir extraño.

Minho rió ante la ternura que Han le provocaba.

¿Es que como podía ser tan jodidamente tierno y esperar que él se controlara y no se echara encima?

— Ven, sal de ahí, déjame ver tu lindo rostro.

Minho jaloneaba las cobijas y Han lo impedía con toda su fuerza, no se sentía capaz de mostrarse a Minho así, es que ni él sabía porque se sentía de esa manera.
Que era ese calor tan horrible en su rostro y ese frío extraño en su cuerpo, ¿ porque su corazón latía tan rápido y su estómago vibraba?

— Te dije que no digas esas cosas.

— ¿Acaso digo mentiras? Trate de ocultar esas palabras por días, ahora por fin puedo decírtelo — Minho logro quitar la pesada tela dejando al descubierto la mitad del rostro de Han — Me gustas mucho — Minho pudo ver los ojos de Han sonreír, y aunque no vio su sonrisa la imagino. Minho se subió encima de Han y acercó su rostro al rostro mitad visible del chico dejando las manos a los lados de su cabeza — No como la comida o la música, ni como me gustan los animales, tampoco de la manera que me gustan mis amigos. Tu Han, me gustas de verdad verdad. Me gustas de una manera diferente, siento que mi vida se ligo a ti y no creo poder ya vivir sin ti. Anoche cuando no estabas y pensé que me habías dejado yo sentí tanto miedo de perderte... — la voz de Minho se apagó un poco y la mirada de Han cambio. El castaño bajó la cobija y por fin dejó al descubierto todo su rostro. Con su mano derecha agarró el rostro de Minho y lo acunó.

— No me perderás — sentenció — yo tampoco te perderé.

Minho sonrío y acarició el cabello castaño de Han viendo sus ojos como si fuera lo más Preciado de su vida.
Y es es que era asi, para Minho Han se había convertido en pocos días en alguien sumamente importante, se atrevería a decir que podría llamarlo "su alma gemela" "Su otra mitad"

Mientras los chicos se perdían en la mirada del otro la puerta de la habitación se abrió robándose la atención de la feliz pareja.

— Han, el desayuno está lis...

Era la mamá de Minho.

El cantante al ver a su progenitora mirándolos sorprendida se bajó de encima de Han dando una vuelta rápida y cayó fuera de la cama dándose un golpe en la espalda, Han se levantó apresuradamente para ver si Minho estaba bien.

La mujer se aclaró la garganta.

— lamentó interrumpir no esperaba encontrarme contigo aquí hijo — la señora rió un poco — eh, el desayuno esta listo, pero lo pueden calentar después. Pueden seguir en lo que estaban... yo saldré con tu padre y quedan solos... pero es mejor si ponen el seguro — la señora Lee soltó una pequeña risa.

— Mamá no es lo que...

Pero antes de que Minho pudiera explicarse la señora puso el seguro y cerró la puerta.

Han miraba sin comprender nada de lo que la señora Lee había dicho.
¿Porque pondrían seguro?

— Minho ¿tu mamá nos encerró? — Han frunció el ceño levemente buscando una respuesta — ¿Porque?

— No nos encerró ella solo... — Minho se rascó un poco el cuello totalmente avergonzado — solo lo malinterpretó

— ¿Que malinterpretó?

— Otro día te lo digo — Minho se puso de pie, trago saliva y abrió la puerta quitando el seguro — ven, vamos a desayunar.

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