28. Acoso escolar.

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— ¿Por qué callarse esto? —apuntó Jedward, sintiéndose peor que nunca—. Debió decirme, era mi pareja.

— El acoso escolar que Dasha sufrió no era para comparado a otro que hayamos visto —Liam se sentó delante de él—. Sabes bien que nació con problemas en las cuerdas vocales, no hablaba y supongo que inició cuando iniciamos la escuela todos juntos —suspiró—. Primero fueron burlas, luego golpes y ella solo se quedaba en silencio sin decir nada.

— ¿Tus padres no se dieron cuenta de nada? —preguntó, y Liam negó con la cabeza—. Pero Carmen...

— Deportes, y mamá una vez fue a la escuela a buscar explicaciones de lo que sucedió y Dasha no dijo nada —bufó—. Nunca dirá nada que tenga que ver contigo, porque ella por más que quiso aguantar quedarse callada y defender a su modo lo que tenían, nada pasó.

— ¿Y en Rusia? ¿Qué pasó? —Liam no le respondió—. Jasha me dijo que ella llegó un día a la casa con pintura y los dos sabemos que no era pintura y el abuelo Will me maldijo.

— En una de las reuniones, la hermana de Nathalie le comenzó a correr el rumor de que Dasha estaba en una relación con alguien de su familia —comenzó a decir—. Días después, el nombre de mi hermana estaba en los tabloides más importantes en el mundo de la construcción, le mostraron fotos de ambos a los clientes y un día, las pedradas no se hicieron esperar saliendo de la pequeña empresa —rio carente de humor—. Si tan solo la hubieras visto, estaba feliz de haber salido del hoyo, iba creciendo a su manera y sin ayuda de nadie...

— Pero se supone...

— Mi hermana regresó cinco años después a buscarte, se dio cuenta de que te ibas a casar con Nathalie y casi muere en el proceso y también el engendro del mal que tienes durmiendo en la habitación de arriba —le recordó—. Seamos claros, no estás listo para una relación con ella, mi hermana tampoco contigo.

— Ella se casará con Tahir sin amarlo...

— Tahir fue quién le tendió la mano y le ha dicho a Dasha que te cuente todo para no casarse con ella —Liam se puso a teclear en su celular—. La familia de ese sujeto tiene mucho dinero, sabe cómo se maneja todo en este mundo y es claro ejemplo de que lo ayuda. Sin embargo, ellos se consideran más que amigos, son como hermanos y se apoyan en todo.

— Pero...

— La familia de Tahir buscaba a una chica la cual pueda ser una tapadera y esté limpia —su cuñado levantó la mirada hacia él—. Mi hermana fue la presa fácil, ya conocía a Tahir, se volvieron amigos y sus negocios son buenos en ciertos puntos —se encogió de hombros—. Aprovecharon ese momento de que la prensa estaba detrás de mi hermana para sacarle información y bueno, cada quién tapa sus cosas.

— Diez años echándole la culpa de todo —echó la cabeza hacia atrás y fijó la vista en el techo—. Dasha dejó todo lo que le gustaba por mí y nuestros hijos...

— La última vez que la atacaron, llegó a la casa irreconocible, según lo que me comentó el abuelo y cuando llegué para verla... era cierto —Liam guardó su celular—. Los dos cometieron errores, mi hermana nunca debió ocultarte lo de sus hijos, pero tenía miedo y ella nunca habló con nadie.

— Dasha tenía razón cuando dijo, que siempre fui, soy y seré la causa de sus males —apretó los ojos para no llorar—. Me imagino que no quiere que nuestros hijos estén expuestos a esos males como los estuvo tu hija.

— Eso mismo.

— Esto es mi culpa.

— Ya ha pasado algo de tiempo desde que pasó todo —Liam se puso de pie—. Mi hermana no es una cobarde como todos quieren creer, luchó todo lo que pudo, pero sabes que por ser mujer las personas siempre estarán encima de ella, por ser mujer la van a crucificar y sobre todo, la van a linchar por ser mayor que tú...

Ámame otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora