Un mes olvidado

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1988.

— ¿Entonces crees que soy muy bueno haciendo lo que hago? — Nikki había pasado aquel licor, sintiendo su garganta caliente, había recurrido al alcohol últimamente ya que le había prometido a su esposa tratar de dejar la cocaína y heroína, llevaba 4 semanas con sus dosis disminuidas —.

— ¿Por qué te gusta hacer este tipo de llamadas? No sabes si alguien más está escuchando. — Marlena estaba sonrojada al otro lado de la línea —.

— No lo sé. Me hace recordar a una chica de 17 años que conocí una vez. — Bebía un trago de su botella—.

— Esto lo solía hacer con un tipo de 22 años cuando era joven. Él vivía en Los Ángeles y yo en Seattle. — Marlena doblaba ropa recién lavada en su habitación, cuando a su esposo se le ocurrió llamarla para jugar un rato —.

—¿Y no extrañas a ese tipo? — Nikki estaba sólo en su habitación de hotel en Boston. Sentado en el sillón de la pequeña sala de estar —. Vamos... yo puedo seguir siendo divertido.

— Ya estás demasiado viejo. — Ambos rieron —.

— ¿Qué traes puesto? — Su voz había cambiado por una voz ronca —.

— ¿Te miento para que uses tú imaginación o la realidad?

— Por supuesto que no traes la lencería más sensual del mundo y tampoco medias con tacones si estás sola. ¿O sí? ¿Acaso traes mi ropa puesta?

— Tengo puesta tú playera negra más horrible y vieja que tienes en el closet. Es mi favorita y muy cómoda.

— Me gusta cuando usas mi ropa sin nada abajo.

— Sólo bragas... — Lena había comenzado a seguirle el juego a su esposo. Llevaba 3 meses sin verlo. Y lo extrañaba un poco —. Llevo sólo bragas.

— ¿Y has pensado en mí? Yo tuve que usar aquellas fotos ayer luego de una ducha y antes del concierto.

— Mmm... quizá y hace dos semanas.

— ¿Y qué hiciste?

— Ya sabes lo de siempre. Tocar pensando que eres tú.

— ¿Y lo harías en este momento? — Nikki amaba oír la voz temblorosa de su esposa. Sabía que, al hablarle así, causaría excitación en ella y podrían divertirse juntos—.

— No lo sé Señor Sixx. ¿Quiere que haga algo por usted?

— Desearía que estuvieras aquí mismo conmigo. Montándome y besándote. — Comenzaba a imaginarse la escena y su miembro iniciaba a sentirse tenso en aquellos pantalones —.

— Quisiera estar contigo. Besándote, quitando tú ropa, ducharnos juntos. Y que me lo hagas en cualquier lugar de la habitación. Quiero hacerte terminar ya sea chupándolo o montándote. — ¡En hora buena, Nikki tendría aquella llamada sexual que necesitaba! Su esposa había comenzado a juguetear —.

— ¿Sabes que me gustaría hacerte? Quisiera — Nikki fue interrumpido por un sonido que venía de fuera de la habitación, alguien tocaba la puerta —. ¡Largo!

— ¿Qué sucede? — Marlena preguntaba del otro lado de la línea —.

— Algún idiota está tocando en la habitación. Debe ser alguno de los chicos. — Se inclinó para inhalar otra línea—.

— Cariño. Debes de atender. Quizá y sea algo importante.

— No, amor. Sigamos en lo nuestro. — Seguían tocando la puerta —. ¿Acaso no escuchas? ¡Largo de aquí!

THE SIXXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora