No firmare

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Diciembre 1989

Y todo había sucedido en un abrir y cerrar de ojos. Nikki solo recordaba a Lenny y su cara de decepción, estaba en aquella obscura habitación con aquella chica sobre él. Se sentía algo mareado pero aquellos besos que le había dado lo mantenían distraído, hasta ese momento no recordaba nada, pensó que su esposa se había puesto coqueta y había decidido jugar. Las luces estaban apagadas. Y solo se perdió en aquellos labios, hasta que se percató de dos cosas, estaba drogado y esa chica no podría ser Marlena. No era su cuerpo el que estaba sobre el suyo. Quiso quitarla, pero sentía que no reaccionaba el cuerpo. Y no podía hacer tanto esfuerzo. Hasta que la luz se vio reflejada en sus ojos al ver a la embarazada en aquella puerta. Muchos dirían que era un idiota, pero no sabía con certeza que ocurría, se sentía adormilado. Sólo se recargo en la cabecera y vio cómo se alejaba. Sintió que aterrizó en sí mismo hasta que vio a aquella rubia sobre de él. Creyó que era una paranoia o efecto de las drogas el haber visto eso. Reaccionó y salió corriendo tras de ella, pero la perdió en aquel enorme hotel.

Lo demás fue simple entro, tomo las cosas de Marianne y la hecho semidesnuda de aquella habitación, ella lloraba y juraba que lo amaba. Pero Nikki se opuso a cualquier insinuación de aquella muchachita.

Marlena daba por muerto su matrimonio, corrió a los brazos de papá y le contó toda esa misma noche. Quizá y tenían unas horas de haberse reconciliado, pero Marlena se sentía a salvo con él. Así como se sentía con Nikki hace años.

Pero decidió dar el paso final y dejarlo. Era obvio que él no iba a dejar todo por ella, ni por sus hijos. Prefería vivir su vida al máximo a sus treinta años y ella no lo detendría ni cuidaría más. O al menos eso creía ella.

Era necesario

Todo lo llevo hasta aquel día, donde usaba un traje formal y no escuchaba lo que decían sus abogados. Por su mente pasaba todo tipo de ideas y situaciones. Cada mínimo detalle de su vida. Desde que la conoció hasta que la perdió. Su familia y como la destruyó. La laguna mental en su cabeza rondaba desde su cumpleaños 31 el cual paso solo en lugar de con sus hijos y su esposa. Había sido un mes demasiado largo de charlas y acuerdos. Nikki solo asentía a todo tratando de que su esposa estuviera feliz.

Giro para verla, estaba a unos dos o tres metros de distancia, lucia distinta, se veía más linda y tenía el cabello de nuevo corto, por los hombros como le gustaba, miro sus manos y al igual que el aún traía la sortija de matrimonio, frotaba su mano sobre su vientre y movía el pie con nervios. Era tan linda, ¿Como pudo perderla?

— ¿Entonces tiene algo que decir señor Sixx? — El juez había hablado pero Nikki no había escuchado, estaba perdido viendo a su aún esposa— ¿Señor Sixx?

— ¿Perdone? — Volteo a verlo —

— Que si tiene algo que decir al respecto. Algún comentario por el cual desea o no anular este matrimonio.

— Su señoria, yo no deseo anular. Amo a mi esposa como un loco y daría lo que fuera por ella y nuestros hijos. Se que no soy el mejor ejemplo de hombre, padre, esposo ni ser humano. Pero daría mi vida por ellos cuatro. Cometí muchos errores y no los puedo corregir, lo sé. Pero en serio Marlena — Volteo a verla — Somos una familia, no trates de separarnos, tú y yo somos perfectos juntos y siempre soñamos esto mi amor, Te amo demasiado como para verte partir o en brazos de otro.

— Gracias señor Sixx... Tome asiento. — El juez leyó unos papeles, mientras Nikki limpiaba disimuladamente aquellas lágrimas — De acuerdo, los vere el día 14 de enero, a las 10:00 am. Será el último día, llevaremos a cabo los últimos acuerdos antes de la firma definitiva para anular este matrimonio. Los abogados les darán el respectivo papeleo para llenar. Y podremos celebrar la finalización.

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