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El plan estaba en marcha.

Izuku distraería a sus compañeros, diciendo que tenían que hablar sobre los informes médicos de los niños

Intentaría ocuparlos el mayor tiempo posible para que estos se escaparan, ya sea dando vueltas por las instalaciones, ya sea por los conductos de ventilación.

Además, le dió un vial de su sangre a Himiko para que está pudiera transformarse en él y dar el pego y así que no sospechen de ellos los demás trabajadores.


- Bien- comentó uno de los hombres - el día de hoy-

- Disculpen- interrumpió el peliverde- necesito que vengan a revisar unos informes médicos en la enfermería.

- No me los puedes mostrar aquí?- pregunto este molesto

- Vera, se trata de una... Anomalía en los resultados de los niños -

Esto hizo que el contrario le dedicara más atención

- Entonces vamos - comentó este

Izuku sonrió mentalmente
El miedo de que los niños pudieran volver a convertirse en los adultos que eran antes era bastante obvio.

Claro que el tampoco sabía siquiera si llegaría a pasar.

Mientras estaban en la enfermería, los niños pusieron en marcha su parte del plan, empezando por escaparse de la habitación lo más silenciosamente posible.

Luego,  los chicos se consiguieron colar en el sistema de ventilación y Himiko se bebió la sangre, transformándose en Izuku.



- un plan muy ingenioso, si señor - comentó viendo las cámaras de seguridad que estaban en todo el edificio, con algunas más escondidas que otras.

- Avisad a los demás-




Izuku fue interrumpido al abrirse la puerta de la enfermería con fuerza, y al ver entrar a varios otros, incluida la directora, supo que su plan había sido descubierto.

Solo le quedaba esperar a que los niños hubieran tenido tiempo de escapar.





Touya y Tenko habían llegado a un lateral del edificio que los sacaría fuera.

Sin embargo, antes de que pudieran reaccionar, la ventilación se abrió de forma estruendosa, y ellos fueron agarrados y sacados de allí a la fuerza.

Cuando se dieron cuenta, los habían atrapado.

Fueron llevados a una habitación, donde les pusieron de nuevo los rastreadores y las pulseras que cancelaban sus peculiaridades, y después los encerraron bajo llave.





Cuanto tiempo había pasado?

No lo sabían.

La habitación no tenía ventanas, ni había relojes ni nada que les pudiera dar una pista de que hora era.

De repente, la puerta se abrió, y dejaron a una Himiko desorientada en el suelo, con la misma pulsera y localizador que ellos.

Inmediatamente después volvieron a cerrar la puerta.


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