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Varias personas estaban en lo que parecía ser una sala con cámaras.

En estas se observaba a un adolescente y unos tres niños, en lo que podría perfectamente ser un orfanato.

Entró entonces una señora algo mayor.

- cómo va el proyecto?-

- bastante bien, directora. El chico se ganó la confianza de los niños. No parecen pensar que sea una amenaza para ellos.- contesto un operario.

- recuerdan lo que hicieron de adultos?-

- No han dado señales de acordarse...
Aún. También existe la posibilidad de que esos recuerdos no vuelvan.-

- creen que ya podríamos empezar con la siguiente parte del plan?-

Todos los demás en la sala asintieron con la cabeza.

- pues en marcha - dicho esto, se fue.


- Clases para ser un héroe? - preguntaron incrédulos los niños.
- Si... Parece ser que quieren enseñaros eso... A esta edad- comentó Izuku.
La verdad, no pregunto el porque, de todas formas lo intuía.
Los niños fueron considerados una amenaza. Una ya reducida y a la que pretendían poner de su parte.

Esto causó distintas reacciones a los niños.
Touya recordó los entrenamientos con su padre, así que no estaba muy entusiasmado que digamos.
Tenko estaba enfurruñado. Seguía odiando a los héroes, en especial a 'Nana la bruja' como llamaba a su abuela.
Himiko estaba más que nada confundida.

- Tenemos que hacerlo? - pregunto Touya.
- Siendo sincero, no creo que acepten un no por respuesta - le contesto Izuku.

De madrugada

Un coche se paró en la entrada, e Izuku y los niños entraron.
Después de un viaje, en donde casi se quedaron dormidos un par de veces , les vendaron los ojos y se los llevaron dentro de un edificio.
Los dejaron en una habitación donde dormirían.
- Descansen. Necesitarán toda la energía que puedan.

A la mañana siguiente

Los niños fueron levantados temprano, frente a unos extraños hombres de traje.

Se les hizo entrenar luchando unos contra otros, superar obstáculos y otras muchas cosas.

Izuku también estaba en la habitación.  Debieron enterarse de sus análisis pues le dijeron que analizará las peculiaridades y el progreso de los niños.

Después de eso, los niños no vieron más a Izuku, salvo al final de los entrenamientos, que duraban casi todo el día, o yendo a la enfermería.

Así pasaron días, semanas, un par de meses, y entonces, Touya decidió que había tenido suficiente.

No es que no tuviera miedo de ellos, al contrario, pero estaba harto.

Harto de entrenar hasta el cansancio, de quemarse el cuerpo aún cuando Izuku le ayudo a controlar la temperatura e intensidad de sus llamas para evitar que se hiciera daño tanto como pudo.

Harto de lo que parecía ser su destino: entrenar hasta morir.

Fue fácil convencer a los demás.

Tenko también estaba cansado, y Himiko, luego de sufrir de fuertes dolores luego de abusar varias veces de su peculiaridad por pedido de ellos.

Izuku creo un plan bastante simple.

Funcionaria?
Habían repasado todo, y parecía bastante sólido.

Y si fallaban?

Seguían con miedo, y un par de veces casi se echan atrás, pero los dolores y lesiones de los entrenamientos los empujaba a hacerlo de todos modos.

Que harían después?

Pensaban huir.

Claro que Izuku estaba más preocupado.

De que vivirían?

Eran ellos los que les suministraban la comida, medicinas y demás.

Además, la gente reconocería, o pensarían que son parientes, a sus versiones adultas.

Tenía miedo de lo que pasaría si la gente se enteraba.

Sabía de primera mano lo cruel que pueden llegar a ser.

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