proyecto de reeducación

18

Izuku estaba terminando sus apuntes de ese día, cuando de su boca salió una pregunta.

- Porque?-

- Hm?- se giró Chisaki extrañado, y el adolescente agradeció que estuviera de buen humor por casi terminar sus balas de borrado peculiar

- Es decir.... porque....quieres borrar las peculiaridades?- que pregunta más estúpida, se reprendió a si mismo, obviamente para derrotar a los héroes, pero aquello se le hizo monstruoso.

No puede imaginar lo devastador que resultará para esos héroes cuando pierdan sus increíbles peculiaridades, con las que salvaron a tantas personas, con las que crecieron y perfeccionaron a lo largo de los años....y de repente perder una parte de si mismos.

Probablemente ya no podrían ser héroes, y teniendo en cuenta el trato hacia los sin peculiaridades.....quiere creer que la gente les tendrá un mínimo de respeto y no los tratarán como basura igual que el sufrió desde pequeño, pero....no esta seguro

Y eso le aterra.

- Porque están enfermos. El mundo de los héroes y sus estúpidas peculiaridades no es más que una farsa, un virus. Ese repugnante y contagioso mundo que causa bondad y altruismo.... - gruñó asqueado.

Izuku quedó bastante sorprendido. Nunca en su vida conoció a alguien que odiara los dones o quisiera destruirlos.

Le seguía pareciendo extremo.... pero a su mente venían imágenes de Touya quemándose y presionandose por ser "defectuoso".

Tenko y Eri asustados por sus propios quirks, traumados al matar por accidente cuando los manifestaron.

El como los padres de Toga la trataron como un bicho raro y negaron las alteraciones producidas por su don.

La discriminación a las peculiaridades mutantes, mentales o simplemente 'debiles'

El como lo trataron a él como basura por no tener una particularidad, el ser tratado como saco de boxeo, como rata de laboratorio.

En verdad...... sería horrible un mundo sin poderes?

- Sabes con exactitud de que se trata?-

- Aún no del todo, pero parece ser algo muy importante, una especie de arma especial y nunca antes vista.-

- Gracias por el aviso Hawks. Moveré mis contactos en el bajo mundo para saber de qué se trata con exactitud.-

Hawks simplemente asintió y salió de allí, dispuesto a emprender el vuelo a la salida.

O ese era su plan.

Sus plumas captaron un par de movimientos cerca, como si alguien estuviera escondido luego de escuchar detrás de la puerta.

Rápidamente y sin que se dieran cuenta, sacó de su escondite a los oyentes inesperados, dos alumnos rubios de la academia.

- SUÉLTAME, PAJARRACO - chilló el chico soltando explosiones.

- Bueno,bueno.... Que hacían escuchando por aquí? No tenéis clases?-

- Eso que te importa - le replicó el rubio

Keigo solamente se quedó mirando a ambos adolescentes antes de soltarlos.El chico simplemente se fue refunfuñando, pero la chica parecía querer acercarse a preguntarle algo, pero como si no se hubiera decidido del todo.

- Hay algo que quieras decirme?-

La chica dudó unos segundos antes de animarse a hacer una pregunta sutil.

- Alguna vez....ha luchado contra un villano pero que....no parecía uno o no actuara como tal?-

Aquella pregunta le tomó por sorpresa, nunca oyó a un estudiante o a alguien preguntar eso antes.

- Es que... durante mi pasantía...yo...- Melissa no sabía bien cómo explicarlo. Aquel peliverde al que ayudó y del que luego se enteró era un criminal, del que estuvo investigando, no le parecía algo normal.

Ni siquiera parecía un tipo violento, sus delitos eran.... Dejar una organización y usar su peculiaridad en villanos, y estos nunca aparecen más en sus cargos ni nada.

Era muy extraño....y parecía tener su edad. No se la podía culpar por su curiosidad.

- Te refieres a los vigilantes o los que roban para comer - replicó con una sonrisa - sí, alguna vez, pero tenemos que seguir el protocolo, después podemos tratar de ayudarlos legalmente, pero ser un héroe es un trabajo de tiempo completo. No creo que se pueda tener el tiempo suficiente para ayudarlos directamente las 24 horas, y eso apesta, pero es verdad - el mismo Keigo se sorprendió internamente de su perrorata.

Pero tampoco estaba diciendo mentiras, no?

Es normal sentir compasión o empatía por gente que quería ayudar y la termina cagando a lo grande.

La rubia solamente se acomodó las gafas y musitó un gracias, antes de girarse e irse por uno de los pasillos.