En la mente de Taylor Min

Mi progenitora

Mi relación con ella ha sido muy complicada.
En mi infancia la quería mucho hasta poco después de llegar a Bogotá en el 2009.

Fue para mí en esa época como abrir los ojos dándome cuenta de que una madre hace todo por el bienestar de sus hijes y les da amor, amor de verdad, todo lo contrario a lo que recibía de ella, quizá me quería pero no de la manera correcta de querer a su cría.

Pasaba el tiempo y creció el resentimiento y el odio hacia ella, debido a las amenazas que recibía de mandarme con ella si me portaba mal, y que me vivieran comparando con ella.
En gran parte los sentimientos negativos hacia ella fueron alimentados por estas personas que ahora se hacían cargo de mi crianza.

Lo que más me hiere es que no reconozca aún el daño que me hizo y siga viéndose como la víctima, ya que yo no le pedí nacer ni nada, mi compartimiento es consecuencia de lo que me dio y como me trató.
El que siempre prefieriera a un hombre antes que a mí me mostró lo importante que yo era y que para nada era su prioridad.

Cabe resaltar que ella fue en gran parte responsable de mis traumas y vacíos y eso es algo que recuerdo siempre ya que me es demasiado difícil vivir con ello.

Ahora ya no siento rabia, ni rencor, ni resentimiento, solo siento pesar y tristeza de no poder tener una relación con ella sana y genuina, no puedo decirle "mamá" naturalmente porque no me sale, ni decirle un "te quiero".

Solo deseo que ella tenga salud y viva feliz. Qué deje el odio hacia personas que ya no están y trate de ser madre de verdad del hijo que le queda así éste no le corresponda, que lo ame y no le reclame nada ni lo culpe de nada, y que tampoco le pida nada. No tiene derecho a reclamar por algo que no sembró ni fue de ayuda en ello.