Recuerdo mucho de mi infancia, pero lastimosamente lo que más recuerdo es doloroso. Mi progenitora era una persona muy joven, inmadura e incapaz de criar y cuidar a un hijo., por lo tanto la gran parte de mi infancia la pasé con mis abuelas maternas (bisabuela y abuela); de mi progenitor solo sé que intentó asesinarme recién nací y que tenía una hija, mayor que yo, y años después supe que tenía una familia feliz, con 3 o 4 hijos y una esposa joven.
Recuerdo que solo era una niña diferente y rara para los demás, que nunca tuvo amigos y siempre me hacían bullying por mi nombre o como eran mi ojos bizcos (tengo estrabismo) y además usaba gafas. Siempre era quien se sentaba solo en los descansos y en trabajos de grupo.
Recuerdo que lloraba mucho, en especial cuando salía a la calle, siempre me regañaban porque hacía pataleta por todo (evidentes los rasgos autistas). Realmente mi infancia fue un asco y no tengo nada que rescatar de ella, no volvería a ningún momento de ella.
En todos los lugares donde estuve sufrí maltrato y abuso y nada de amor y cuidado, solamente cuando estaba con mi bisabuela me sentía a salvo.
De mis primeros 5 años recuerdo los dos primeros abusos sexuales, que mi progenitora me llevaba de un lado a otro por el país y la terrible separación que tuve de una buena familia que quiso acogerme pero ella lo arruinó. Recuerdo que me trataban con amor, tenía mi propia habitación y me decían que era como su hija, creo que porque no tuvieron hijas, solo varones, de verdad me desgarró salir de allí. El día que me arrebataron de ese hogar está muy claro en mi mente, me avisaron que ella vendría por mí y que me alegrara, yo solo podía llorar y gritar, y cuando llegó el momento estaba dentro del taxi y los vi a través de la ventana y la señora lloraba, creí que se llamaba Gladys, yo estiraba mis manitas para que viniera por mí, pero solo veía su imagen volverse más pequeña mientras en el taxi mi mamá me arrancó del lugar que pudo haber sido mi hogar con mi verdadera familia. Fue mi primera experiencia dolorosa. Mientras recuerdo esto revivo ese momento y se me parte el corazón.
Una pareja que tuvo ella, lo quise mucho, en mi opinión era un buen hombre, lo llamé "papá" y estuvimos con él un tiempo, solo sé que de verdad me dio mucho cariño y me enseñó cosas buenas, muchas veces me defendía de los maltratos de mi mamá. No sé qué pasó luego con él pero estoy seguro que ella no lo merecía.
Recuerdo cuando ella estaba en embarazo de mi hermano menor, me gustaba acariciarle la barriga y sentir cuando se movía. Ahí me explicó por primera vez cómo "se hacían" los bebés y su respuesta fue certera pero con la debida precaución para la edad, solo me dijo que entraban por la vagina y cuando estaban listos volvían a salir, y como yo pienso en imágenes y todo lo todo literal, yo inmediatamente me imaginé bebés gateando entrando por la vagina pero no entendía cómo entraban si eran muy grandes y el "huequito" era demasiado pequeño, pero claro, a pesar de que ya había visto escenas sexuales y sufrí abusos aún era muy inocente y no asocié el eso con los bebés.
En esa misma época recuerdo una discusión con la abuela y ella porque quería obligarme a no sé qué, me golpeó y entonces embarazada y todo le dio unos cuantos coscorrones por "pegarle a la niña". Esa es la única vez que recuerdo a mi abuela ser amable conmigo.
Hubo una anécdota que me dejó con una fobia que fue cuando tenía quizá 6 años; estaba jugando con unos niños en el parque buscando bichos en la tierra, encontramos muchas lombrices y gusanos, especialmente un gusano grande y gordo de color verde... lo último que sé es que esos niños me lanzaron todos esos bichos en mi cabeza y salí corriendo por todo el vecindario gritando y llorando para que alguien me ayudara. Bienvenida la vermifobia.
Otro suceso con insectos fue cuando estaba en otro lugar donde me llevó mi mamá, una finca, dormía en el suelo de tablillas, todas las noches lloraba porque las hormigas me picaban la cabeza y me dejaban con desaliento y mucho dolor.
Tenía un programa favorito que se llamaba Barney, lo veía siempre que podía; un día mi mamá y mi abuela me llevaron a un circo, recuerdo que comí por primera vez manzana acaramelada. Al final del show estaba Barney tomándose fotos instantáneas con los niños y yo estaba muy emocionado por hacerlo; cuando me acerqué a él para tomarme la foto vi que se quitaba la cabeza, me dio mucho miedo y me puse a llorar, me alejé de él. Fue traumático ver eso, pues no sabía que era una persona vestida con un traje. No recuerdo bien si la foto fue tomada o no.
Tengo una memoria fotográfica excepcional así que hay muchos sucesos que recuerdo vívidamente, no podré ponerlos todos aquí porque sería tedioso y aburrido. Pondré lo más trascendente.
A lo largo de mi infancia hasta la pubertad me orinaba en la cama por las noches, hay varias causas posibles pero se resumen todas en traumas. Una de las tantas veces que mi mamá me dejó al cuidado de desconocidos fue en una guardería, más bien una casa donde cuidaban niños mientras sus padres trabajaban porque no les enseñaban algo que yo recuerde; se sufría mucho maltrato en ese lugar, en mi caso fue una experiencia horrorosa. Siempre que necesitaba ir al baño me lo negaban, me torturaban de esa manera, también me dejaban sin comer por días, pero era peor sentir que se me reventaba la vejiga y no poder hacer nada hasta que no aguantaba y me orinaba en la ropa; yo les imploraba llorando y no me lo permitían, veía en sus rostros cómo disfrutaban de mi dolor —no sé si de aquí vienen mis problemas intestinales a demás de la genética—.
Otro caso inolvidable que tiene que ver con mearme en la cama, —tenía 9 años— fue cuando estaba en los llanos que mi mamá me dejó —como siempre— al "cuidado" de terceros, estuve en varias casas y en todas ellas se hartaban de mí por mearme y por lo quisquillosa que era para la comida, pero la que me marcó más fue el último lugar donde estuve; era una casa de campo, habían animales y árboles frutales, la señora de la casa me agradaba, Cecilia se llamaba, y bueno, cuando mi mamá me visitaba la queja siempre era que me orinaba y que no comía, y ella harta dijo que iba a dañarle el colchón de tanto chichí, en una de esas después de días sin ver a mi mamá, esta llegó furiosa con una verbena en la mano directo a golpearme y a darle permiso a la señora de pegarme también y de que a la próxima vez que me orinara me iban a poner un ladrillo caliente en los genitales que para que no me vuelva a orinar, creían que yo adrede lo hacía.
La verdad no quiero decir más cosas, no vale la pena.
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En la mente de Taylor Min
No FicciónSi estás aquí es porque deseas conocer la mente y vida de una persona suicida, no como "un suicida más", sino por comprender lo que lleva a una persona a tomar esta decisión tan tabú y polémica. No me sentiré tan solo si ustedes me acompañan. Quizá...