LA VALIDE-

Cap. 3

Una dama de cabellos marrones casi negros leía un libro, mientras el aire entraba por sus puertas las cuales aún no eran cerradas completamente.

Mahpeyker, Mahpeyker era una biblioteca en
grande.

Todo el tiempo llevaba un libro a la mano,
si no era a el momento de dormir, era a
medio día después de alguna oración a Allâh,
aveces terminaba diversos libros y tomaba las
enciclopedias que en realidad, en pocas ocasiones
le eran aburridas.

Sintió una molestia en sus penetrantes ojos verdes, antes de pestañear y saber que ya era su momento para dormir.

Cerró el libro y lo dejó a un lado donde se encontraba su mesita más cercana, centrándose en medio para sentir más comodidad.

Sobre penso algo.

¿Quien era ese hombre, acaso era Kemankesh?, no lo sabía, tampoco sabía su comportamiento por la mañana casi tarde con este mismo, solamente se podía estremecer sin saberlo.

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Kemankesh terminaba su último operativo, había leído todo lo que Haçi agha le indicó, y este no era su único trabajo, desafortunadamente.

Le era una elegí hospedarse en Topkaki, o quizá no, no lo sabía. Nunca había descrito sus emociones,
menos lo haría ahora.

Estaba algo cansado, no lo negaría, pero no había mucho de que quejarse.

Pensó en la sultana con rostro de Luna, no sabía por qué, pero le gustaba pensar en ella, en pensar en cómo sería su personalidad.

Claro, se inventó antes de conocerla a una mujer amargada y robusta como otras.

Sin embargo, fue todo lo contrario.

Encontró a una mujer bella, inteligente y solicitada en todo momento.

No le era difícil estar en su presencia, después de todo. Sabía que la dama estaba reprimida a tener el tipo de conducta, claro. Sabía que por algo el sultán Murad había pedido su vigilancia.

Quizá alguna obra egoísta.

No, mujer tan hermosa no podía ser ese
tipo de personas, la sultana era como un ángel
caído, no tenía duda.

Se recostó en las almohadas pensando en la recién nombrada por su mente.

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