Cap.14

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Kosem acarició el cabello de su nieta con dulzura, el pasha observaba la escena, mentiría si decía que Hanzade era la niña más linda que había visto, la más pequeña y ocurrente. En especial que tenía un parecido a la valide. Quizá era por eso que le caía tan bien, o por su alegria que era pegadiza.

La mujer se sentó en la cama, cuando Haçi agha ingresó a los aposentos.

— Sultana, pasha— saludó amablemente, — Haçi— Kösem miró a Kemankesh, este asintió marchándose, y con una leve sonrisa observó a el hombre irse.

— ¿llevó a la sultana Hanzade a sus aposentos?— asintió.

No paso mucho tiempo para que ambos quedaran solos nuevamente, pero fue algo que ambos no le dieron importancia, cada uno intercambiaba palabras melosas, en un tono dulce y bromeando amargo, mientras la mujer tejía, el escribía, la paz no podía ser interrumpida, ¿no es así?.

— Cuando mi hijo vaya a la guerra, y lo acompañes, me gustaría tener un recuerdo tuyo— a el principio, fue un poco dura, pero después, parecía más una insinuación.

No, el no podía pensar en algo así, — Estaré dispuesto a lo que desee— informó hacia ella, ya le había jurado lealtad, y siendo uno de los hombres que participaba en el consejo, no sería muy difícil convencer a el sultán, si ambos tiraban miel en su oído.

Un nuevo amanecer llegó, la noche había pasado volando, mientras las risas inundaban la habitación, ambos adultos la habían pasado como niños traviesos, comiendo y bebiendo, o contando anécdotas graciosas

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Un nuevo amanecer llegó, la noche había pasado volando, mientras las risas inundaban la habitación, ambos adultos la habían pasado como niños traviesos, comiendo y bebiendo, o contando anécdotas graciosas.

Fue entonces, que hubo algo abrumador, lo cual cambió la perspectiva de ambos uno al otro.

Cuando el sultán alzó la voz, anunciando el compromiso de diversos pashas con mujeres de su propio harem, dejó por último «y no menos importante» el compromiso de su hermana menos favorita.

Gevhernan sultán.

Era una muchacha de melena marrón, ojos azules, algo normal en su genética, esbelta, y maravillosamente agraciada, el pasha Sulgarmb aseguró que era una de las damas más bellas y cultas que había conocido, le aseguró a su hijo, «es tan bella como su madre, y tan inteligente como su padre, educada y reservada como su abuela, apasionada por las joyas como su bisabuela»

Fue entonces, que la celebración dio motivo a finales de año, cuando la nieve llegó hasta los jardines reales, donde las celebraciones no faltaron.

Sin embargo, hubo un altercado que cambió mucho más lo que se podría esperar.

— No sabía que esto sucedería, Mustafa, pero me alegra saber que tu sangre prevalecerá, y nada más y menos que mezclada con mi sangre, aún que no sea por un hijo de ambos — confesó, mirándolo fijamente.

Pero el no respondió, ¿que podría decir?, en vez de todo, una mirada misteriosa le pareció un intercambio justo, pero cuando ella se fue, destilando como siempre su elegancia.

Quizá el podría reflejar la divina figura de verdaderamente la mujer que quería con la mujer que fue comprometida.

Porque, todos aseguraban que ellas tenían muchas cosas en común.

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⏰ Última actualización: Mar 10 ⏰

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