Cap.13

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Mahpeyker leía tranquila un libro, no había nada interesante hoy y su agenda se había quedado vacía. Todo se había completado con rapidez.

Sonrió al recordar lo sucedido hace apenas dos dias, cuando visitó a Kemankesh por última vez

Dio la siguiente pagina de su libro, aburrida.

Podría volver a escuchar su voz hipnótica, pero el hecho de que este también se mantenía ocupado por los días y noches descartaba la idea.

— Sultana, ¿gusta algo de comer o tomar?— negó, — ¿Sabes si el sultán se llevará a Kemankesh a la campaña?— preguntó, — Supongo que lo dejara escoltando el palacio, eso le dará mucho más poder, sultana — asintió.

Soltó un suspiro cansada.

Hanzade entró a los aposentos.

— ¡Hola abuela!, ¡mire lo que traje y a quien traje!— salto de alegria la niña, captando la atención de la mayor.

Kemankesh entró, a el parecer había cuidado a la niñ en el jardín.

Hanzade se acercó con un pequeño ramo.

— ¿Hanzade, estas son las flores que plante?— preguntó con poca emoción, estaba dudosa, — No..pero mira!— intentó evitar un regaño, el hombre solo la miró, — Sultana — saludó, Haçi agha sonrió ante la actitud de la niña.

— ¡Vamos Haçi, acompáñame por más flores!— tomó su mano, llevándoselo de inmediato.

Apenas ambos quedaron solos no dudaron en entablar una conversación.

— ¿Iras a la campaña, Kemankesh?— preguntó, — No, sultana. Me quedare cuidando el palacio por orden de nuestro sultán, cualquier cosa estaríamos en defensa de los peršas— asintió, — Sultana..— llamó su atención nuevamente, — ¿Usted..recuerda..lo de..anoche?— asintió, — Sí, si lo recuerdo. No se como me quede dormida en tu cama— el asintió, — ¿Usted..recuerda el beso?— aquello alertó a la mujer, quien buscaba una respuesta.

¿Beso?

¿Que besó?

— ¿Besó?— asintió, — No..— respondió, — Lo que haya pasado pudo ser por error Kemankesh..— se acercó un poco. «un error que si pasó no le arrepentiría»

— Un error...— la tentación la invadía, quizá y no fue por el efecto de el alcohol, fue por su propio efecto.

Los labios se volvieron a unir, esta vez en un beso más largo.

Sus manos jugueteaban con el encaje de el vestido, pero estaba claro que nada podría llegar a más de un beso.

Se separaron, Kösem lo miro atenta.

— Sultana..— murmuró este, la sonrisa inconsciente de la mujer se mostró poco a poco mientras se agrandaba.

Se alejó un poco apenas escuchó la puerta abrirse.

Era Hanzade, nuevamente.

— ¡MIRAA ABUELAA!, ¡es una tiara!— gritó y habló alegremente, estaba feliz.

— Oh, hola Kemankesh!— saludo amistosa, Kösem tomo en brazos a Hanzade, aún sin dejar de mirar a Kemankesh, — ¡te dije que mi abuela te miraba mucho!— hizo el mismo gesto de la sultana.

El 𝐏ašha rio bajo.

La niña extendió los brazos para ser cargada por el hombre, el cual la recibió dudoso.

Nunca en su vida había cargado a un bebé, por así decirlo.

Hanzade se acomodó, mientras la valide sonreía mirando la escena.

— ¿Que hago?— preguntó cuando la niña cayó dormida, — Dámela, la acostaré— el asintió, entregándole a la pequeña.

Fue en minutos para que esta estuviese recostando a la niña en la cama,

LA VALIDE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora