Cap.11

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La valide camino por el jardín, la noche había caído y no podía dormir bien, quizá un paseo nocturno ayudaría

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La valide camino por el jardín, la noche había caído y no podía dormir bien, quizá un paseo nocturno ayudaría.

No había nadie más que ella, y eso de alguna forma le traía paz, siempre siendo perseguida por más mujeres.

Kemankesh..el siempre aparecía en todos lados.

Observó a el hombre, quien tomaba una flor que ella misma había plantado.

— Kemankesh!..— llamó, este se volteó lentamente, procurando una reverencia.

— Sultana..— murmuró, confundido.

¿Cómo se atrevía?

— Esas son mis flores...— respondió en un tono molesto, intentando calmarse.

— ¿Son suyas, sultana?, no lo sabía...¿qué puedo hacer para solucionarlo?— su tono era algo extraño.

— ¿Estas borracho, Kemankesh?— preguntó, el nego, todavía se veía consciente que de lo que hacía o decía, pero parecía lo contrario.

— ¿Que haces a estas horas aquí?— preguntó nuevamente, — Daba un paseo..— respondió el hombre, — Te llevare a tus aposentos, debes estar cansado — no respondió.

Gracias a que Mahpeyker lo guió pudo llegar a tiempo. Entrando ella por primera vez a los
Aposentos del hombre, admiro cada cosa que había ahí. No tenía un mal gusto, le parecían divertidas las cosas que habían ahí, desde un escritorio hecho casi un desastre a vino en la pequeña mesa.

Ahora entendía el porque el hombre estaba en esas condiciones, la botella casi estaba vacía.

Solo observó como este pasaba los minutos sentado en la orilla de la cama.

Sonrió inconscientemente.

— ¿Acaso bebés seguido, Mustafa?— preguntó en un tono burlesco, el negó..— No — respondió sin muchos ánimos.

— Vaya..— se sentó a su lado. Ahora parecía que le daría temperatura de lo caliente que estaba.

Mordió su labio inferior atenta a cada movimiento del pasha, era curioso lo que hacía o decía.

Le entretuvo hablar con él por casi dos horas.

— ¿Quiere...licor?— preguntó, la mujer lo pensó, — ¿Solo una?— el asintió, sirviéndole un poco de licor.

— si tan solo usted estuviese de mi lado, yo podría dárselo todo..— murmuró, esta lo miró atenta, ya entendiendo la situación, — ¿De que hablas. Kemankesh?, soy tu superior..— murmuró, aún sin dejar de verlo.

Lo tomo, los efectos que estaba sintiendo jamás los había sentido, inclusive deseaba tomar más, pero era obvio que nada escaparía de sus labios.

— ¿Otro más?— preguntó, ella no respondió nada y solo observó como este servía más.

Lo tomo gustosa, sintio en su cuerpo un escalofrío, era quizá por el hecho de que ella nunca había tomado, y no era consiente exactamente de todo lo que pasaba.

— Tu no eres bueno para mi, Mustafa..— río ante su propio comentario, los efectos surgían y ni siquiera sabía lo que decía.

— Tal vez esto me hace sentir sumisa..— se levantó, y se acercó a el hombre, — ¿Sultana?..— preguntó él igual de ebrio, — Tú no eres bueno para mi~ ..— tarareo en voz baja, antes de chocar sus labios con los del hombre.

Ninguno de los dos sabía lo que hacía, pero se sentía bien.

El beso era lento y cálido.

Se separó de el, dejándolo completamente aturdido. Quizá ella no lo recordaría, pero él sí..

— Mustafa..— nada más que eso salió de sus labios,
Aturdida por su propia separación.

Los labios se volvieron a unir, el sabor a el alcohol solo aumentaba la tensión, pero era más seguro que ninguno se detuviese.

— — —

LO LAMENTO, Jakajs, yo no soy buena para estos tipos de escenas y no son de mi agrado.

Si s lo preguntan, m dio hueva escribir más pero Kösem no sabe lo q hace, está medio loquilla, esta historia no tiene demasiado sentido pero es divertida, supongo.

"Hanzade es vidente" lo es.

LA VALIDE-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora