48 ~Una noche para olvidar~

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Todo el bar se quedó en silencio, la mayoría había notado la presencia del hijo de Hawk Moth entre ellos y llevaban rato aguardando a que hiciera algo, con sus teléfonos listos, en una era en que estaba permitido grabar a conocidos o desconocidos por igual, sin su consentimiento, esperando captar algo que se hiciera viral en internet y los llenara de likes.

-Oye, oye, tranquilo amigo- dijo el hombre con una expresión tan amigable que le recordó al papá de Marinette -yo adoro a Ladybug y Cat Noir, jamás diría algo como eso.

-¡Fui yo!- dijo saliendo de atrás del grandulón, un ancianito de baja estatura y contextura delgada.

Adrien ya no se sentía ni tan valiente, ni tan enojado, más bien avergonzado de haber acusado injustamente a un hombre bonachón y en cambio, amenazar a un viejito frente a decenas de personas. Defender el nombre de Ladybug en circunstancias como esa no habría sido nada heroico, más bien habría sido abusivo.

-Te metiste con el tipo equivocado chiquillo insolente- se acercaba a él, tronándose los nudillos.

-No, no señor -levantaba las manos tratando de calmarlo- no quiero tener problemas con usted.

-Pues ya los tienes.

-Vámonos de aquí Adrien -le decía Bridgette temerosa- no sabemos lo que puede hacer.

-Por favor Bri, es solo un...

No pudo terminar porque un puñetazo le llegó directamente en el ojo izquierdo —¡Auch!— exclamó mientras retrocedía cubriendo con su mano el dolor que le produjo —¡Maldición!, ¿¡Eso era necesario!?

-¡Ven aquí, quiero ver como intentas jugar con mis intestinos!

-¡Cálmese! Yo no quiero...- pero era imposible dialogar con él anciano, Adrien se vio obligado a bloquear rápidamente una patada que iba con destino a su entrepierna —¡Oiga, no se meta con mi descendencia!— enseguida, no contó con que el abuelo usaría su calva para propinarle un golpe en el estómago —Está bien señor, usted gana— dijo a duras penas doblándose sobre si mismo y tratando de recobrar el aliento. Pero el anciano era terco y se encaramó en una silla demasiado rápido para su edad, y de un salto, se lanzó sobre su espalda tratando de sujetarlo por el cuello ¡Quería matarlo!

-¿¡Está loco!?, ¡¡Suélteme!!

Ni siquiera parecía escucharlo, gritaba como desquiciado cuando Adrien vio como un cantinero se acercaba para ayudar a quitárselo de encima, sin embargo, el viejo levantó una de sus cortas piernas propinándole una fuerte patada en la mandíbula al pobre desgraciado, ¿acaso no había ningún guardia en ese lugar?, tampoco podía divisar a Bridgette, ¿dónde se había metido?. Ya no le quedaba otra opción, tendría que hacer uso de su fuerza.

Sujetándolo de las manitos que se aferraban a su cuello, lo zarandeó de un lado a otro pero el abuelo estaba fieramente aferrado a su cuerpo, como una garrapata, e incluso sintió un fuerte ardor en la nuca que lo obligó a moverse con más ímpetu y en todas direcciones. Lo que siguió no fue su culpa, o al menos no tanto, empujó algunas mesas y sillas en su lucha pero fue un completo y total accidente el momento en que Adrien perdió el equilibrio y ambos se fueron de espalda contra un muro. Si el viejo no le hubiera estado cortando la respiración, tal vez se habría desesperado mucho menos y aquello no hubiera sucedido.

Un —Ohh— generalizado se oyó cuando al fin pudo respirar con normalidad y un golpe seco en el suelo detrás suyo lo hizo voltear rápidamente. Adrien vio al anciano tendido de espaldas sin reacción alguna y un abundante líquido rojizo que parecía salido de él lo rodeaba.

-¿Y-yo... l-lo maté?- preguntó y el ruido de asombro de algunas personas provocó que los pelos se le pusieran de punta.

Ese fue el instante justo en el que Bridgette llegó con la policía y ellos, sin perder el tiempo, agarraron a Adrien con brusquedad poniéndole las esposas —Tranquilos todos— dijo uno de los oficiales ante la alterada actitud de varios espectadores —Solo es vino tinto, ¿verdad Armand?— El policía le dio unos golpecitos en la mejilla y el que yacía aparentemente muerto abrió los ojos. Al parecer, el abuelo era conocido por armar trifulcas en los bares del sector y no era la primera vez que terminaba noqueado.

-Ambos nos acompañarán a la comisaría- sentenció ayudando al viejo a ponerse de pie, colocándole las esposas también.

«¿Sigues en casa?»

Marinette miraba el mensaje que Adrien le había enviado hace cinco horas y el cual se había negado a responder porque estaba molesta cuando lo recibió, pero ahora, acostada en su cama sin él se sintió como una tonta. ¿Y qué si a ella le parecía una mala idea si era él quien quería dejar de pensar un rato? Se había equivocado, si Adrien llevaba tantas horas fuera de casa era porque de seguro se la estaba pasando mejor que nunca y no la necesitaba, no necesitaba a una egoísta sabelotodo recordándole todo el tiempo lo que esta bien y lo que no. Comenzó a llorar deseando salir de allí para unirse a la fiesta en la que todo París se había convertido, aún se escuchaba música y alegría por todas partes, pero entonces su teléfono sonó, era él quien la llamaba para seguramente decirle donde estaba, que fuera a su encuentro porque su felicidad no estaba completa si no la compartía con ella. Contestó con gran ilusión, pero la voz que oyó al otro lado de la línea la congeló.

-Ehh... hola Marinette, habla Bridgette.

-¿A-Adrien está bien, pasó algo?

-¡No, si!, él está bien, bueno no tanto... es que, necesito que vengas.

-¿¡Qué pasó Bridgette!?- se sentó alterada en la cama del chico -¿¡Dónde están!?

-Estamos en la comisaria de Paris Centre, hubo una pelea y Adrien necesita que alguien pague su fianza. Mi padre viene por mi ahora así que dejaré su teléfono con el resto de sus pertenencias.

-¿Hubo algún herido?

-Nada grave, solo fue una tonta pelea por culpa del alcohol, ¡Le dije que no bebiera tanto pero no me hizo caso!

-Si, claro... iré para allá, gracias por avisarme Bridgette, buenas noches.

-Hasta pronto Marinette, gracias... ah, y... discúlpame por lo de hoy, tenías razón, no fue una buena idea. No debí hablarte así tampoco, bueno... hasta pronto.

Novia de emergencia ~MLB~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora