HYPNOTIZED ||MICHAENG||SAMO|| NO ACTUALIZACIONES

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SANA'S SUBCONSCIOUS

Pasé de estar en mi hogar cálido a estar secuestrada en un lugar sombrío, privada de luz y de amor, de cualquier intento de movimiento o expresión.

Lugar donde lo único que reinaba era el miedo, la culpa y la desesperación.

Miedo

- Despierta hermosa, que es mucho mejor hacerte mía cuando escucho tus gritos.

Miedo y frío, miedo y frío, miedo y frío.

Mis sentidos se volvieron activar al sentir el agua fría recorrer mi cuerpo, haciéndome consciente del fuerte dolor en mi cabeza, mis muñecas ensangrentadas al tener la presión de la cuerda sobre ellas, y lo peor de todo, un tipo con una navaja en mi cuello, sentado tranquilamente frente a mí, disfrutando de sus atrocidades como si de un hobby se tratara.

- Hola bonita, por un momento pensé que te habían matado, que bueno que no fue así - ¿Cómo puede disfrutar de algo tan horrible cómo esto? - Aunque eso fue una muy buena excusa para deshacerme del tipo que te golpeó, ya me tenía harto.

Ojalá te mueras de la manera más horrible posible.

Se paró y se arrodilló frente a mí, sosteniendo mi quijada con sus sucias manos para que lo vea a la cara, sus ojos brillantes se me hacían horribles, sus manos rasposas me lastimaban, su cercanía me asustaba, y su voz, era solo para confirmarme de que me encontraba en el mismísimo infierno.

"Anna, vayamos al bosque hoy, será divertido."

¿Qué fue eso? ¿Acaso ya me estoy volviendo loca?

No, no es así. ¡Peach! ¿¡Dónde está!? Ella estaba conmigo, debo encontrarla antes de que pueda pasarle algo peor. Pero no le puedo preguntar dónde está, ya que probablemente pueda utilizarla a su favor para manipularme y dañarla.

Y un ángel como ella no merece ningún daño.

Ella es mi punto débil y mi fortaleza, mi vida y mi muerte, la combinación de todo lo que amo y me asusta. Ella se convirtió en mi dos polos opuestos.

Y voy hacer hasta lo imposible para mantenerla con vida, no importa si eso significa arriesgar mi vida misma.

Tengo que salir de aquí, tengo que encontrarla y llevarla a casa.

- ¿No vas hablar? Al parecer el ratón te comió la lengua, no te preocupes, yo te comeré entera. - que asco de persona.

- No me la ha comido aún, pero estaré complacida de que lo hagas tú.

- Vaya, me resultaste atrevida, justo cómo me gustan.

- Para de hablar y bésame ya, no me trajiste aquí solo para que tengamos una linda plática ¿O sí?

- Pero que fácil eres, no me sorprende, un cuerpo tan deseoso como el tuyo y un hombre como yo, siempre es una bonita combinación, cariño - estoy a nada de partirle la cabeza si dice otra estupidez más - pero cumpliré tus órdenes, ya que no todos los días se me presenta un gran banquete como este.

Se acercó a mi cuello y empezó a morderlo, se sentía horrible, asqueroso, nunca me había sentido tan sucia en mi vida.