Vanessa Anderson
Ya era el día, el día en el que tendría que enfrentar a las personas que algún dia ame imaginariamente..
Esto ir mal. Yo lo sé.
Escucho sonar mi celular, con un ademán le digo a la maquilladora que se detenga para yo poder agarrar mi celular y ver quién me estaba llamando.
Número desconocido.
Suspiro y cojo la llamada.
- Hasta que coges el teléfono, pensé que tendría que ir a buscarte. - Un escalofrío me recorre por la piel.
- ¿Con quién hablo? - Aprieto los dientes.
- ¿Ya no me recuerdas? Haley mi amor, soy yo. - Sentí como mi sangre se helaba al escuchar ese apodo.
- P-papa. - Empecé a tartamudear y temblar.
- El mismo... Ahora, Haley mi amor, dime dónde estás que iré a buscarte. - Su asquerosa voz no deja de retumbar mi oídos.
- Vete al diablo Alex. - Corto la llamada en un ataque de ansiedad.
Dejo el teléfono lo más alejado de mi y me miró al espejo, Vela (la maquillista) me miraba confundida.
- No es n-nada. - Suspire.
- ¿Quiere que llame a alguien? - Me pregunta está con un tono de preocupación. La miro.
- No, pero gracias. Continúa. - Pido.
Está asiente para luego terminar mi maquillaje. Como era una fiesta importante tenía que verme como alguien importante y es que soy importante.
Al terminar el maquillaje me levanto de la silla y camino hasta donde está mi cama.
- Vela, ayúdame a ponerme el vestido. - Pido.
Está asiente y se acerca a mi, con delicadeza me empieza a ayudar a ponerme el vestido sin romperlo ya que es una tela muy delicada además de ser de edición limitada.
Sonrió al verme al espejo. Tengo bueno cuerpo y por eso me gusta presumirlo.
El vestido era azul casi morado, era largo con una capa por debajo y por delante tenía un abierto que debajo notar mis piernas. Era de escote V, mis pechos se notaban demasiado, no tenía mangas sino tirantes por los hombros. Me puse unos tacones altos que van a juego con el vestido.
Dejé que Vela me peinara el cabello dejándome suelto y ondulado. Me coloque unos aretes en forma de aro y un anillo que también estaban a juego con el vestido.Al terminar de cambiarme me mire al espejo y no puedo estar más feliz por verme hermosa pero la sola idea de verlos me quita esa emoción.
Vanessa ya olvidamos, ellos formaron sus vidas y tú la tuya.
Puede parecer estúpido pero cuando desperté creí que los volvería a ver y seríamos una familia junto a Kristal.
Que estúpido de mi parte fue pensar eso.
Me odio a mí misma por pensar que todo debe salir como quiero, me odio por la sola idea de querer ser alguien para ellos y no solo la esposa de su difunto padre.
Creo que necesito un balazo..
Suspiro y me separó del espejo, miro a Vela quien me miraba fascinada.
- Muchas gracias por tus servicios Vela. - Le agradezco buscando dinero en mi bolso.
Saco 100 euros y se los entrego haciendo que está me mire aún más sorprendida.
- Señora.. No puedo aceptar esto. Es mucho. - Me dice un tanto nerviosa.
- No te preocupes, me encantó tu trabajo además se nota que necesitas el dinero. - Digo mirándola con una sonrisa.
- ¿Será usted una diosa? - Sonrió al escuchar sus palabras.
- No, pero se cuando alguien necesita una ayudita. - Sonrió ligeramente.
- Gracias. - Lágrimas salían de sus ojos y yo solo asentí.
Después de un rato, Vela ya se había ido y solo estaba esperando a mis hijas para largarnos a esa fiesta.
Estaba mirando el celular cuando de pronto la puerta se habré y me deja ver a dos princesas.
Judith llevaba un vestido negro y largo, la parte del pecho lo tenía dividido dejando un abierto por casi su cintura y tenía otro abierto por las piernas. Su cabello corto estaba lizo.
Kristal llevaba un vestido blanco casi amarillo, con flores por las partes de adelante, el vestido le llegaba hasta las rodillas y su cabello estaba ondulado.
Sonreí al verlas.- Se ven hermosas. - Las miro de arriba a abajo.
- Gracias, ma, tu también te vez hermosa, elegante y sexi. - Me guiña el ojo Judith.
Sonrió y miro a Kristal quien me miraba toda embobada.
- Pareces una reina. - Me sonríe emocionada.
- Y tu te pareces a una princesa. - Sonrió. - Ambas parecen princesas hijas de la reina.
Estás ríen y ya estando todas decidimos ya irnos a la fiesta, salimos del hotel y nos montamos en la limosina.
Al llegar vi a demasiados camarógrafos y reporteros tomando fotos y haciendo preguntas a los famosos que pasaban.
Creo que hay está Bad Bunny.. Entrecierro los ojos y suspiro ya cuando es nuestro turno de salir de la limosina.
- ¿Listas? - Pregunto hacia las chicas.
- Si. - Dicen ambas haciéndome reír pero esa sonrisa se desvanece cuando el chófer abre la puerta del carro. Yo saldría primero.
Suspire y puse un pie por la alfombra roja, me puse a un lado esperando a que mis dos hijas bajarán.
Bajaron y todos se nos quedaron viendo, empezamos a caminar y los reporteros nos hacían preguntas de todo tipo pero hubo una que llamo mi atención.
- ¡¿Señora Anderson, como se siente al enterarse que sus hijastros estén esperando un hijo?! - Me detuve y los mire sonriendo.
- Bueno.. Me siento normal. ¿Me tendría que sentir mal? - Le sonreí y este se sonrojo.
- ¡Hubieron rumores de que usted y los hermanos tenían una relación! ¿Es cierto? - Me pregunta otro reportero.
- Claro que no, solo mantenemos la relación de madrastra-hijastros. Nada más. - Digo para darme vuelta y empezar a caminar.
Las chicas me estaban esperando adentro, les sonreí y caminamos hacia un gran portón.
Suspire y agarre de las manos a mis hijas y por fin anunciaron nuestros nombres.
Espero que esto no acabe mal..
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Capricho [+18]
RomanceElla nunca supo que era querer a alguien de manera romántica. Cosas que la llevaron a desperdiciar su vida y por obligación de su "madre" se casó con un hombre que le doblaba la edad. Tanta presión fue lo suficiente como para emborracharse en un bar...