𝙏𝘼𝙆𝙀 𝙈𝙀 𝙃𝙊𝙈𝙀 || 𝘾𝙃𝘼𝙍𝙇𝙊𝙎

25. | Where's my boy?!

Ya era noviembre, no había hablado con Charles desde el día de la Qualy en Austin, después de esta carrera, iría a Mónaco ni bien bajar del coche, necesitaba ver a su chico.

En el Gran Premio de Mexico tampoco tuvo el rendimiento que él esperaba, terminó segundo por detrás de Sergio, quien estaba intensamente feliz por ganar en su casa, pero ahora si o si tenía que ganar esto, por Charles y por que el campeonato estaba muy reñido para este punto.

Subió a su monoplaza para comenzar la Qualy, pasando fácilmente a Q2 y Q3, ahí su primer vuelta no fue la mejor, quedando detrás de Max, Ferrari le dio otra oportunidad con neumáticos nuevos, consiguiendo el mejor tiempo del fin de semana. Otra Pole para el español.

Al bajar, lo primero que sintió fue una punzada en el pecho y un horrible dolor de cabeza, haciendo que sus piernas fallaran y cayera de inmediato.

Vio a Max y Alonso acercarse a ayudarlo, soltando sus cascos en el proceso, eran los que habían quedado después de él, preguntando si estaba bien, el no los escuchaba, lo único en sus oídos era un pitido insoportable. Veía la imagen de Charles llorando, sangrando, llamándolo.

Los otros dos pilotos le quitaron el casto y él pasamontañas para que pudiera respirar mejor, notando su agitado respirar y su mirada perdida.

— Carlos, hey Carlos ¿estas bien? — preguntó él omega neerlandés.

— Charles.. — era lo único que decía.

— ¿que? ¿Carlos que tienes? — preguntó Lando acercándose junto a Checo, Pierre y Yuki.

— No lo se, sentí un dolor en el pecho, luego en la cabeza, deje de escuchar y me caí — respondió Sainz.

Fernando y Pierre le ayudaron a levantarse, subiéndolo a la camilla que ya había llegado al lugar. Se lo llevaron a un hospital por protocolo, debían asegurarse que el piloto estaba en condiciones de correr.

¿Por que veía a su chico llorando? ¿Por que parecía que sufría tanto?

Esa imagen se repetía mil veces en su cabeza, pidió su celular, necesitaba llamar a Leclerc. Como ya era costumbre, nadie contestó, ¿como iban a hacerlo? Nadie había entrado a esa habitación más que los padres del omega al volver de su viaje. Ni siquiera pudieron estar ahí mucho tiempo, trozos del ventanal por todas partes, la cama desordenada, las cortinas moviéndose por el viento, pero la recámara estaba vacía sin su cachorro ahí.

Los monarcas se sentían devastados, sus niños más pequeños estaban mal y el mayor se sentía decepcionado de sí mismo, tenían que poner a las autoridades a trabajar, incluso pedir ayuda a otros gobernantes, era seguro que Charles no estaba en Mónaco, podía estar en cualquier parte realmente, incluyendo el más allá.

El domingo sin mas, soltaron la noticia "el príncipe monegasco Charles Leclerc ha sido secuestrado por terroristas no identificados el pasado 21 de octubre por la madrugada, los reyes del principado afirman pedir ayuda a países aliados para encontrar a su hijo, quien recordemos, es el que asumirá el trono en un futuro, por otro lado, el hijo menor, Arthur Leclerc, se ha visto perjudicado en la captura de su hermano, el menor recibió una bala en el abdomen al intentar evitar que él omega fuese dañado, al verlo acercarse los terroristas le dispararon haciendo que se pudieran ir enseguida, los reyes de Mónaco en ese momento no se encontraban en el país, no llegaron sino hasta un día después, encontrando a sus tres primogénitos dañados. El reino de Mónaco ahora vela por qué el heredero este bien y desde aquí, la capital francesa, el presidente Emmanuel Macron da todo su apoyo a la búsqueda del menor, oremos por el bienestar del príncipe." Lorenzo escuchó decir a la reportera, su hermano era noticia internacional, todos los noticieros en el mundo sabían de la desaparición del monegasco, era cuestión de horas para que tuviera a Carlos frente a él reclamándole el por qué no se lo había dicho, realmente ya no le importaba si el alfa le rompía la cara a golpes, había fallado como hermano, no protegió a ninguno de los más jóvenes.