22. | A flower in the shadows

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Él era como una flor, necesitaba que alguien lo cuidara bien, que le diera agua para subsistir, que cuidarán bien de sus raíces, que vigilaran que no se marchitara

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Él era como una flor, necesitaba que alguien lo cuidara bien, que le diera agua para subsistir, que cuidarán bien de sus raíces, que vigilaran que no se marchitara.

Desde que llegó a ese lugar no tuvo nada de eso, contrariamente, no tenía la noción del tiempo, no sabía cuánto llevaba encerrado en ese húmedo cuarto de paredes grises y ninguna fuente de luz. Ni siquiera había ventanas por las que pudiera calcular la hora, era una tortura.

Se sentía débil, el aroma de Carlos había desaparecido completamente de el, ¿Que sería de su chico en ese momento? ¿Habría ganado el Gran Premio? Sonrió al recordar al español, su cálido tacto capaz de tranquilizar hasta el más grande problema del Omega, aquellos ojos avellana que le miraban con todo el amor que tenía para dar, sus fuertes brazos que le abrazaban como si al no hacerlo se fuera a quebrar. Vaya que era cierto pues cada vez su Omega se deprimía más al no tener a su compañero cerca.

Notó que el cuarto comenzó a liberar un aroma que le mareaba, lo debilitaba, sentia su cuerpo perdido, lo estaban sedando con una droga para alterar omegas. Colapso en un rincón de la habitación en medio de alucinaciones, pitidos en sus oídos y sin fuerzas para hacer algo. Aún así ni durmiendo desapareció su pesadilla, sus sueños eran básicamente caer en un risco y despertar, su cuerpo estaba sumamente perjudicado.

Lo más probable era que le estuviesen debilitando para que al momento de verlo este no pusiera resistencia ante los mandatos de su secuestrador.

Pero sinceramente prefería ver a cualquier persona antes que a él.

-- Charles, cariño, es bueno verte después de los ocho años que tú maldito hermano me encerró en esa prisión francesa -- hablo el alfa.

-- Matthew..

-- El mismo, ¿Que creías? ¿Que ibas a ser feliz con ese piloto sin mi? No corazón, te dije algo, nos casariamos y serías mío ¿Recuerdas lindo? -- pregunto tomando del mentón al más joven, este gruñó ante su tacto, le repugnaba pero que podía hacer, su cuerpo estaba completamente débil -- Oh no, no me gruñas, ni quiero tener que ponerte un bozal o amarrarte a una cadena -- ¿Quieres eso?

Leclerc bajo la mirada, mostrando sumisión, era un Omega que además estaba asustado y sin su alfa ¿Que podía hacer?

-- Así me gusta --- dijo poniéndose de pie -- estamos en mi reino, más exactamente estás en mi calabozo, será mejor que te vayas acostumbrando a verme, no irás de nuevo a tu castillo sin que te marque antes -- sin más salió de la habitación, escuchando a Charles soltar un chillido ante la mención de la mordida.

El menor lo observó irse, claro estaba que esta sería la peor pesadilla de su vida, rápidamente noto como su respiración se agitó y su garganta se cerraba, su cuerpo colapsó.

Una habitación blanca, solo escuchaba el sonido de suaves campaneos y como si hubiera árboles moviéndose por el viento, había una persona frente a él, enfocó su vista, era el, su pareja, Carlos estaba ahí. Intento correr a él, sin embargo, al pisar el suelo frente a él, este cayó, llevándolo de nuevo al acantilado en el que caía cada vez que sus ojos se cerraban, mirando a Sainz darse la vuelta para irse, sin importarle nada.

𝙏𝘼𝙆𝙀 𝙈𝙀 𝙃𝙊𝙈𝙀 || 𝘾𝙃𝘼𝙍𝙇𝙊𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora