Capítulo 16

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Maddie

No sé qué sucedía con el clima, pero había comenzado a llover desde la madrugada, así que Oliver decidió que no saliéramos a ninguna parte, no hemos estado haciendo nada más que tomar chocolate caliente y estar acostados en su sofá envueltos por edredones viendo comedias en la televisión.

—No puedo creer que quieras una de esas casitas —dice Oliver mientras come palomitas.

—¡Todas hemos querido de esas casitas!

—Una casa de muñecas con brillitos para deseos, es un poco cliché, ¿no crees?

Le doy un golpe en el brazo, que no lo mueve ni siquiera un poco. Me dedica una pequeña sonrisa.

—No lo entenderías.

—Mmm...

—En fin, sigue viéndola. Se pone muy buena después.

Después de ver tres películas más decidimos darnos una pausa para cocinar algo tranquilo. Así que mientras Oliver hace el jugo de naranja yo hago las pechugas de pollo para la pasta que se está cociendo.

Esta se a convertido en nuestra rutina, estar en el espacio personal de cada uno, cocinar, dormir, asistir a clases, a veces él tiene reuniones y yo estoy con él, no mostrándome, pero escucho y cada vez que lo veo hablar y mover las manos quería tirármele encima. Al igual que él ha estado en mis reuniones y ha estado presente en mis crisis sobre mis diseños fallidos y los más bonitos.

Oliver se ha convertido en una parte importante de mi vida aparte de todos mis amigos, ha estado ahí siempre apoyándome en cada paso.

Y siempre me ha encantado porque ha sido posesivo conmigo, a lo que sigo acostumbrándome, pero no es posesivo en los aspectos de controlar mi felicidad, algo que me da mucha paz. Al contrario, me aconseja a perseguir y luchar por lo que tanto he sufrido todos estos años.

—¿Has hablado con Daisy? —me pregunta, lo que me toma por sorpresa. Porque lo he hecho a través de sus padres y ya tiene un lugar donde quedarse, una doctora especializada en su caso y su terapeuta.

—Sí —le digo la verdad porque no quiero mentirle para que Logan no lo sepa.

—Logan lo ha intentado sabes, pero a la vez no quiere.

Lo miro mientras remuevo la pasta.

—No debe ser fácil estar lejos de la persona que amas y no poder ayudarla en su proceso.

Se acerca por detrás de mí y me abraza por la cintura envolviendo su mano en mi estómago mientras remuevo el pollo en la salsa, me aprieta contra él y suelto un suspiro al sentir su cuerpo junto al mío.

—Sí, por eso se va.

Dejo de remover y él junta su mano con la mía para que no se queme.

—¿Se va?

—Sí.

—¿A dónde se va? Le falta poco para graduarse, ¿va a tirar eso como si nada?

—No, se traslada a Australia. Allá le será mejor y hará sus prácticas allá.

—Vaya...

—Sí.

Me da un beso en la sien y sigue con lo suyo, yo le boto el agua a la pasta y la tiro a la salsa con el pollo, la revuelvo unos segundos más, después la sirvo en platos mientras el sirve los jugos para nosotros, decidimos sentarnos en el sofá mientras miramos más películas. Después de haber comido me recuesto contra Oliver disfrutando de su calor.

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