Capítulo 18

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Maddie

He estado nerviosa desde el momento que Oliver se fue de viaje por tres días, iba a Colombia por tres días entre idas y vueltas entonces estaba sola en nuestra casa y los pensamientos no dejaban de carcomerme por muchas cosas que no sabía que me esperaban cuando hablara con mi padre.

No sé de qué otras formas podía calmarme más que diseñar, había diseñado muchas cosas desde ayer que Oliver salió de casa y ya llevaba más de diez diseños que no tenía ni idea de cómo salieron tan perfectos.

Cuando estaba terminando mi último diseño sonó el timbre de casa y fruncí el ceño porque no esperaba a nadie y Emma no estaba en la ciudad, entonces no podía ser ella.

Me puse de pie y miré por la mirilla, se me fue el aire cuando miré a Caroline en la puerta. Tocó el timbre una y otra vez, pero no me atreví ni siquiera a respirar.

—¡Abre la puerta, Maddison, sé que estás ahí!

Me quedé callada, esperando que se fuera. solo quería que se fuera de una vez por todas.

—¡Sé que estás ahí, Maddie, abre la puerta, tú auto aún está aquí!

Guardé todos mis diseños y fui a la cocina por una pequeña navaja que estaba debajo del lavabo, la coloqué en mi cinturilla y me armé de valor para abrirle la puerta. La dejaría entrar y me hablará e iba a ser fuerte y decirle que se fuera, que no me iba a manipular nunca más. Que me dejará en paz.

No es para nada sencillo, pero lo haré.

Me acerqué a la puerta y la abrí, armándome de valor.

Caroline estaba ahí con todos sus lujos del dinero de mi padre, me miró de arriba hacia abajo, era fijo que iba a decirme algo sobre mi vestimenta "poco agraciada", pero no me importó.

—¿Qué quieres?

—¿No me vas a invitar a pasar?

—No. No eres bienvenida, puedes decirme lo que quieras desde ahí.

—¿Tan mal te eduqué?

Bufo, pero no le bajo la mirada. Se arregla el bolso y el cabello rubio.

—Solo vengo para decirte que no me da miedo tu novio, ya puse una orden de alejamiento contra él.

—¿Y entonces qué haces en su casa?

Abre y cierra la boca, le dedico una sonrisa.

—Eres tan estúpida, vas y pones una orden de alejamiento contra Oliver. Pero vienes a su propiedad a querer decirme mierdas.

—Pero aquí vives tú.

—Sí, pero todo está a su nombre. Estás pisando su propiedad. Saluda a la cámara. —Le señalo la cámara que está en la esquina enfocando hacia nosotras.

Se pone roja de la cólera y me mira con odio. Pero su mirada ya no me afecta.

—Mira, Caroline, ya no me importa lo que tengas que venir a decirme. Me da completamente igual si pones o no pones cosas. Si me alejas de mi padre vas a pagarlo, porque ya no controlas mi jodida vida, Caroline, vive la tuya sin joderme la mía.

—Siempre has vivido de mí, yo te adopté desde que eras una niña porque tu madre murió por perseguir sus estúpidos sueños iguales a los tuyos. ¡Yo te di lo que nunca tuviste!

Levanto mi mano y le doy una bofetada tan fuerte que su cara se mueve y me aparto, me mira impactada y con la mejilla roja.

—¡Jamás vuelvas a hablar de mi madre, Caroline! Si ella persiguió sus sueños como toda persona ha querido hacerlo, ella fue fuerte y respetuosa y créeme, si ella estuviese aquí jamás me hubiese tratado como tú lo hiciste. ¡Me humillaste, me manipulaste, me golpeaste en toda mi vida y estoy jodidamente harta! Ahora soy jodidamente feliz con mi vida, he cumplido cada una de las cosas con personas que me han apoyado más que tú. Entonces no vengas y te sientas orgullosa por mí, porque no lo quiero, ni lo necesito.

Unidos por un Error Donde viven las historias. Descúbrelo ahora