Capítulo veintiocho

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Sungkang me llevó hasta mi habitación sin separarme de él en ningún momento, como si con eso pudiese protegerme de lo que fuese

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Sungkang me llevó hasta mi habitación sin separarme de él en ningún momento, como si con eso pudiese protegerme de lo que fuese. Aunque sabía muy bien que, en aquella casa, solamente había una cosa de la que debía protegerme.

Mentiría al decir que no confiaba ver a mis padres esperando para desquitarse por las palabras de Heeseung. Pero no. A papá realmente le había llegado la amenaza de no darle ni un solo peso.

Eso me inquietaba.

¿Por qué Heeseung había hecho tal cosa? ¿Acaso Yeji se lo había pedido? Ya sabía que él sería capaz de hacer cualquier cosa que mi gemela le pidiera.

──Siéntate──Me ordenó Sungkang señalando mi mullida cama──Iré por una toalla fría.

──No es necesario. Yo...──Pero entonces Kang ya se había ido.

Sentía mi espalda arder un poco, aunque no tanto como mi rostro y mi piel ante aquel breve contacto de Heeseung.

Fue un momento tan extraño, la forma en que me había mirado. Por un segundo me sentí como si yo fuese Yeji, pues aunque sabía que era completamente imposible, sus ojos me miraban de la misma forma que antaño. Con el mismo deseo y ansias.

Era estúpido creer en eso. A quién Heeseung amaba era a Yeji.

La puerta de mi habitación se abrió de nuevo. Mi cuerpo reaccionó con algo de miedo, pero se trataba de Yeji, la cual me dedicó una ancha sonrisa antes de dejarse caer de lleno contra mí, tumbándome sobre la cama.

Por lo visto que hubiese sido recientemente azotado no le importaba demasiado.

──¡Hoon!──Dijo con sus labios rozando mi piel──Él te quiere.

Me tensé al escuchar eso.

──¿De qué estás hablando?

──¿De qué va a ser, tonto? De Lee. Lee Heeseung.

¿De qué rayos hablaba mi gemela?

──No. Yo no...──Empecé, confundido, pero Yeji me dio un fuerte pellizco en el brazo derecho.

Ella rara vez era así de ruda conmigo, tratándome con mucha dulzura la mayor parte del tiempo.

──Sabes que no soy tonta, Sunghoon. Me di cuenta de inmediato que él te gustaba. ¡Más que eso! De que estás enamorado de él.

──Yeji...

──Pero, ¿él lo estaba de ti? Era obvio que no podía estarlo de mí si ni siquiera me conoce, en cambio, a ti... ──Ella dejó escapar un suspiro──Han pasado tiempo juntos, Sunghoon, y tú eres tan dulce. ¿Quién no te amaría?

──Estás equivocada.

Ella me dio otro fuerte pellizco.

──No lo estoy. ¡Yo nunca fallo en estas cosas! Tengo buen ojo para las parejas. Por eso sé que Sungkang y ese tal... Jay, se las montan de miedo.

gemelos | heehoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora