12_Los Tritones

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12_Los Tritones

P. O. V. SAMUEL

Estoy esperando que la consejera, la señora Leguizamón, me llame. No sé qué es más incómodo, sí que quiera hablar sobre Marina o que sea la ex novia de mi papá, con la cual terminó básicamente por mi culpa.

Nuestra ilustre consejera recibió una subvención para estudiar los efectos del sufrimiento en la adolescencia. Exige una audiencia con aquellos afectados por la muerte de Marina. Iba a rechazar la sesión, pero tuve una idea.

Ingreso a su oficina y me siento frente a ella. Dejo mi morral abierto en el suelo donde ella no lo puede ver porque su escritorio lo tapa.

-¿Recuerdas cuando hablamos el año pasado justo después de la muerte de Marina?-me dice la señora Leguizamón-No tenías consuelo. Espero que este año puedas hablar de ello. Nunca aceptarás la muerte de Marina si guardas todo ese dolor dentro de ti.

-Su oficina es muy linda-digo de forma exagerada.

Miro a todos lados con cara de tonto y ella parece molesta.

-Mira, por la razón que sea, no creo que tú me tomes en serio-me dice ella-así que si prefieres hablar con alguien más...

Agarro su engrapadora y comienzo a hacer ruido con ella, lo que la irrita.

-Lo siento-le digo-eso fue grosero.

Cuando quiero dejar la engrapadora de nuevo en la mesa finjo que se me cae de la mesa.

-Lo siento-le digo.

Le agacho para recoger la engrapadora, y aprovechando que el escritorio me tapa, saco otra engrapadora igual a esta y pongo la de ella en mi morral y pongo la mía sobre el escritorio. Son iguales, del mismo tamaño y color, por lo que no se dará cuenta. Pero esta engrapadora es especial.

-Lo siento, no quise faltarle el respeto-le digo-no es usted, es la charla. No quiero curar mi dolor hablando. Quiero convertirlo en otra cosa. Como en combustible. Sé que me hará sentir mejor y no es una charla sobre lo triste que me siento.

Ahora parece que si capté su atención.

-¿Y cómo piensas encontrar...?-me dice- odio usar esta palabra, pero es la apropiada. Un cierre.

-Tendré un cierre cuando el asesino de Marina se pudra en prisión.

Eso ultimo pareció sorprenderla. Cuando termina la sesión me marcho y sonrió.

Dentro de la engrapadora que dejé hay un micrófono adentro.

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P. O. V. OMNISCIENTE

Ricardo Sosa estaba en su clase de Las Encinas. Fingía que estaba atento a la clase de matemáticas, pero sabía que pronto la clase sería interrumpida.

Exactamente 6 minutos después llegó la secretaria de Azucena y le dijo que lo esperaban en la oficina de la subdirectora. Nervioso, se dirigió hasta allí.

Sabía que esto no era correcto, pero no tenía muchas opciones. Entró a la oficina de azucena y tomó asiento. Azucena lo miraba con cierta dureza. En ese momento la puerta se abrió y el inspector Castañeda entró.

-El inspector quiere hablar contigo, Ricardo-dijo Azucena.

-Hola Ricardo-dijo Castañeda- ¿Cómo está tu cabeza? ¿Aún con resaca?

Ricardo miró al inspector algo intimidado.

-No es nada comparado con lo que tu amigo Juan siente- dijo Castañeda- debieron colocarle un tubo en la garganta para vaciarle el estómago. Está en coma, Ricardo. Según una cámara de seguridad tu noche terminó a las 1:30 am cuando, literalmente, tiraste a tu amigo en la guardia del hospital después de que anduvieron por varios bares.

Samuel García, detectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora