16_ Samuel y Pilar

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P.O.V. SAMUEL

Entro a casa corriendo. Poni se sobresalta, pero lo ignoro. Aparentemente papá no está aquí. Bien, eso me será útil ahora. Ingreso a mi habitación y miro para todos lados con desesperación, tratando de pensar en dónde podría estar.

Miro debajo del escritorio en mi dormitorio. Debajo de la cama. En los cajones. Debajo de la silla. Tiro toda mi ropa al suelo buscándolo. En mi closet. Detrás de los cuadros quizás en mis abrigos. No lo encuentro por ningún lado, pero estoy seguro que debe estar aquí. Fue desde aquí que llamé a la aerolínea e hice la reserva para el vuelo a Valencia.

Recuerdo la aterradora mirada de Clarence Weidman mientras vio que al fin había encontrado a mi madre. Ahora sabe que he hecho contacto con ella y estoy en más peligro que nunca. Sus malditos jefes amenazaron a mi madre para que se fuera de Madrid si quería que yo estuviera a salvo. De ahí las fotos que encontré hace tanto tiempo. Ahora que la he encontrado deben verme como una amenaza, pero ¿por qué? ¿Qué ella tuviera una aventura con Benjamín Blanco ameritaba esto? Si la esposa de Benjamín le pidió todo esto a Clarence Weidman, entonces ¿por qué Benjamín no le pidió que parara? Benjamín claramente no deseaba que mi madre se marchara, pero su esposa Amanda sí.

La pregunta era evidente ¿por qué Clarence estaba en ese bar junto a mi madre y yo? O mejor dicho ¿Cómo lo sabía? Claro, ahora sé la respuesta y debo encontrar lo que estoy buscando para probarlo.

Estuve buscando a mi madre todo un año. Dudo que Clarence Weidman la haya encontrado justo la misma noche. Entonces llega a mi mente un razonamiento muy simple. Él no sabía dónde encontrar a mi madre. Sabía dónde encontrarme a mí. Por eso es evidente que puso un micrófono en mi habitación y ahora debo encontrarlo desesperadamente, sino la información se seguirá fugando.

He dado vuelta toda mi habitación y no encontré nada. Desde la puerta, Poni me mira como si yo fuese un loco y probablemente tiene razón.

Poso mi mirada cansada en mi escritorio y noto algo que llama mi atención. Me acerco hasta allí y lo tomo. Es feo sacapuntas con forma de oso panda gordo. Me lo enviaron por correo hace unos días como agradecimiento por mi donación a la Alianza de Vida Salvaje, pero yo nunca doné nada, aunque me quedé con el sacapuntas.

Tomo mi lámpara y con ella golpeo al panda. Se parte en dos y en la mitad inferior encuentro lo que buscaba. El micrófono estaba dentro del panda. Weidman estaba escuchando cuando reservé mi vuelo a Valencia. Debería haberme ido directamente desde el baile, pero no quería que mi madre me viera vestido como un gigoló. Parecía importante en ese momento.

FLASHBACK

Clarence Weidman se marchó, pero eso no tranquiliza a mamá que sigue alterada.

-Sé quién nos está chantajeando-le digo a mamá, pero me arrepiento cuando veo el horror en su rostro.

Intenta marcharse, pero choca con una mesa del bar en el que estamos y tira al suelo un salero. Yo la tomo de los brazos para calmarla.

-Estoy bien, estoy bien-dice ella y me recuerda a cuando decía lo mismo, pero yo sabía que estaba ebria-Samu, por favor vete, mi amor.

-Te he buscado por un año-le digo con determinación-no me iré a ningún lado.

Nos miramos por un segundo e instintivamente nos abrazamos. Dios, como había extrañado abrazar a mi madre. Me permito por un instante volver a ser un niño inocente y feliz. era algo tan lejano al Samuel actual.

Ella me toma del rostro y me mira. Veo en ella una mezcla entre miedo y alegría.

-Dios, te extrañé tanto-me dice, pero rápidamente comienza a llorar-esto está mal. Está muy mal. No deberías estar aquí.

Samuel García, detectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora