Capítulo 9: Patos

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Narra Adriana Claire:

Me desperté sintiendo unas piernas enredadas entre las mías.

Al principio, me alarmé, pero luego recordé a quien tenía durmiendo a mi lado.

Todavía no me explicaba cómo su novio la había dejado sola en medio de la noche para llegar a casa. Pero, tampoco comprendía porque me estaba implicando tanto con aquella morena.

Su cabeza estaba demasiado cerca de mi hombro, podía sentir su respiración en mi cuello, y una extraña sensación me recorrió por completo. Se veía tan bonita, incluso cuando dormía.

- Olivia.- Susurré, moviéndola levemente para que se despertara.- Oli, despierta que tenemos que ir al instituto.

Ella abrió sus ojos confundida, al principio me miró tomándose su tiempo en reaccionar, pero luego liberó mis piernas que aun seguían estando entrelazadas con las suyas.

- Perdón.- Susurró.

- No te preocupes.- Sonreí. - ¿Te apetece que bajemos a desayunar?

- ¿Qué?.- Preguntó un poco asustada.- Pero estará tu familia... ¿no les resultará raro que de pronto amanezca aquí en vuestra casa?

- No, les diremos que perdiste el autobús o algo así y lo comprenderán. Además, ya sabes que ellos te adoran.

- De acuerdo, ¿me puedo dar una ducha?.

- Por supuesto, y coge lo que quieras de mi armario.- Ofrecí, aunque me entró el pánico, igual mi ropa no era lo suficientemente bonita para ella.

- Gracias.- Me dijo una vez estuvimos ambas de pie.

Ella se acercó a donde estaba, la diferencia de altura hacía que tuviese que bajar la mirada para verla, y me sorprendió sentir sus brazos alrededor de mi espalda en un abrazo. Al principio, no supe cómo reaccionar, pero le correspondí hasta que se separó para ir al baño.

- Buenos días.- Saludé a mis padres y hermanos que estaban ya desayunando.

- Uy, ¿y esa sonrisa?.- Preguntó mi madre dejando un beso en mi frente como saludo.

- ¿Qué sonrisa?.- Pregunté haciendo una mueca.

- Esta mañana luces más contenta, eso es cierto.- Dijo mi hermano, y rodé los ojos.

- ¿Qué pasa? ¿Es que ahora no puedo tener un día de buen humor por la mañana?.- Me quejé.

- Buenos días.- Escuché la voz de la morena a mi lado, llevaba uno de mis pantalones negros vaqueros tipo ancho, y un top que a ella le quedaba mucho más ajustado de pecho, resaltando sus curvas.

Automáticamente el silencio se adueñó de la estancia. Mis padres alternaban las miradas entre Olivia y yo, sabía que seguramente estarían confundiendo las cosas, y mi hermano untaba su tostada de mantequilla tranquilamente.

- ¿Me pasáis el azúcar?.- Habló él llamando la atención de nuestros padres.

- Claro.- Habló Olivia tomando ella misma el azucarero y pasándoselo. - Perdonad la invasión, es que ayer perdí el autobús y Adriana me dijo que no volviera a casa por el parque a esas horas. Así que me insistió en que viniera.- Explicó.

Se suponía que la nerviosa debería ser ella, pero hablaba con tanta calma, como si fuera natural que desayunase con nosotros cada mañana.

Mis padres enseguida la invitaron a sentarse, yo desayuné en completo silencio , y salí del comedor para arreglarme yo.

Una vez llegamos al instituto, me negué a entrar junto a ella, valoraba demasiado mi invisibilidad dentro del mismo, y ella era el claro ejemplo de popularidad, todo el mundo se giraría a mirarla nada más estuviese dentro.

Operación conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora