Capítulo 4: A oscuras

1.7K 177 42
                                    

Narra Adriana Claire: 

Detestaba que la vida fuese tan complicada. 

Y más, cuando era yo misma quien me encargaba de hacérmela así. 

En los libros, solía frustrarme con los personajes al ver todas las estupideces que hacían, y me permitía criticarles. No obstante, luego yo cometía cagadas incluso mayores. 

@noséqueponer44: pues ve a pedirle perdón, y acepta su ayuda. 

Contar mi vida en Wattpad me resultaba sencillo, incluso más que en la realidad, allí no me conocía nadie, podía ser yo, y la plataforma me permitía interactuar con personas entre las que me sentía comprendida. El usuario con un pollito en la foto de perfil tenía razón, debía disculparme, y si salía bien se lo agradecería después. 

Y así fue, cómo me quedé por segunda tarde consecutiva más tiempo de lo habitual en aquél lugar por culpa de la misma chica. 

Estuve en la biblioteca hasta las seis que terminaba su entrenamiento, y después, me quedé en la puerta esperando a que saliera. 

- ¿Buscas a alguien?.- Me preguntó una chica del equipo, compañera de la morena. 

- Em yo... sí, a Olivia. - Respondí, era demasiado alta, me estaba intimidando. 

- Oh, pues entra mejor porque aun le queda un rato. El entrenador la ha castigado con que se encargue hoy de recoger el material y cierre ella - Anunció la chica que me acabó resultando bastante maja. 

Era cierto que llevaba un rato preguntándome que dónde estaría la chica, ya que, el resto de sus compañeras habían salido. 

- Está bien, gracias.- Dije amablemente. 

Sonaría absurdo, pero entrar a la zona reservada a las jugadoras me inquietaba demasiado, sentía como si yo no debiese de estar allí. Pero si quería volver cuanto antes a mi casa, sería mejor que me disculpara de una vez y me pudiese ir tranquila. 

Nada más entrar, me encontré de frente con un pasillo, a la izquierda había un acceso a la pista, y en la derecha pude distinguir las trenzas largas de la morena. Estaba agachada ordenando unos conos de entrenamiento, y tuve que apartar la mirada no queriendo detenerme en lo bien que le quedaban esos pantalones cortos de deporte. 

- Hola.- Hablé cuando hube cobrado fuerzas para llamar su atención.

- AHHH.- Chilló, antes de mirarme confundida.- Mierda, no esperaba a nadie, me has asustado.- Dijo llevándose una mano al pecho por el sobresalto. 

- Disculpa, una de tus compañeras me dijo que entrara, yo... Puedo esperarte fuera si lo prefieres, si, creo que será mejor.- Hablé de forma apresurada, quedándome casi sin aire por soltar todo de golpe. Me estaba sintiendo patética en esos momentos. 

- No te preocupes, dame unos segundos que guarde las pelotas.- Me pidió. 

- Claro.- Respondí tímida, y luego me golpeé mentalmente por no haberle ofrecido mi ayuda, y haberme distraído observando sus movimientos. Sus manos tomando con determinación cada uno de los balones, sus hombros curvándose y ensanchándose a medida que los guardaba, su abdomen contrayéndose cada vez que se estiraba para dejarlos ordenados por encima de su cabeza...

- Si quieres, puedo ayudarte para que llegues bien.- Ofrecí, si seguía tirando pelotas al estante de arriba por no llegar a él sólo conseguiría que las demás se cayeran de nuevo al suelo. 

- Oh, muchas gracias.- Dijo con una sonrisa. 

- ¿Puedo?.- Pregunté acercándome a ella, y colocándome detrás de su espalda. 

Operación conquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora