VACACIONES, LO MEJOR DEL AÑO, pero no todo es color de rosa. Ella sabe que no puede seguir en la casa de su padre por el tonto acuerdo que él y su madre tienen, así que tendrá en esas vacaciones qué ir a la ciudad de su madre a quedarse por todas la...
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Narrador omnisciente.
El cielo era enorme, y las estrellas brillaban por encima del pueblo de Ambrose, Vincent nunca se había dado cuenta de su belleza, nunca le habían dicho que las tenía que admirar. Pero Anya se lo pidió, ella quería ver el cielo, y al no poder verlo de día, Vincent se aventuró a llevarla al tejado de aquella casa para que viera el cielo teñido de oscuridad con pequeñas luces junto con la luna a lo lejos. Todos esos años, y Vincent nunca se había sentido tan bien con solo ver las estrellas; escuchaba a Anya hablar y hablar sobre el cielo, las galaxias, planetas y algunas cosas que Vincent no entendía muy bien. Entonces pregunto aquello que a Vincent no le agradaba.
—¿Cuándo me podré ir? —había pasado bastante tiempo desde su secuestro, y Vincent lo sabía perfectamente. Bo ya ni la buscaba, Lester traía a más personas, y él solo trabajaba en ellas a escondidas de Anya, no quería asustarle.
No estaba en sus planes hacer algo que le asustara, o decirle algo que a ella no le gustaría escuchar. Y la verdad era qué Vincent no quería dejarla ir, no quería que se fuera y le dejará solo. Había pasado bastante tiempo y todo ese tiempo pudo por fin convivir con alguien más que no fuera con sus hermanos, tocar a alguien más, hablar con alguien más. Porqué sí, Vincent pudo aventurarse en hablar después de tanto tiempo que le ordenaban callarse, y era por ella, ella siempre quería escucharle.
—Todavia te buscan —Anya le observo fijamente, para abrazarse a ella misma, en la cabeza de él había tantas preguntas al respecto. ¿Qué pensaba ella al respecto? ¿Seguirá creyendo lo que le dice?
—Ha pasado mucho tiempo —comenzo. Vincent solo la miraba, prestando suma atención a lo que decía, observando su perfil, uno al cual Vincent poco a poco le comenzaba a enamorar —, quiero ver a mi familia. No sé porque nadie ha venido a buscarme, no sé dónde está Matt.
Lamentablemente, Vincent bajo la cabeza, él lo sabía. Matt no fue lo suficientemente inteligente para ir por ayuda, regreso al pueblo y Bo lo atrapó, una muerte dolorosa fue lo que le sucedió; y Vincent con mucha pena en su corazón y miedo a ser descubierto, lo coloco dentro de una de las casas, sabía que si en algún momento Anya regresaba a la casa de cera, vería a su amigo y eso le daba miedo. ¿Qué tan comprensiva sería Anya si le enseñaba a su amigo convertido en arte?
—Vamos, es hora de dormir —fue todo lo que dijo.
Bajaron las escaleras, adentrándose a la casa. Caminaron hasta llegar a aquella habitación dónde Anya se quedaba, estaba ordenada, sin ninguna mancha de suciedad. Vincent observó como ella se acostaba en ella, y sin más, se acercó a cubrirla con las sábanas. A la orilla de la cama se quedó sentado, alejado de ella, quien le daba la espalda, se sentía culpable y eso le hacía sentir miserable.
El sentimiento no era tan diferente para ella, se sentía mal, miserable, sin esperanza de escapar de aquel lugar. Entonces cayó dormida, y Vincent acariciando su cabello por última vez, se fue. Camino por los tuneles con cautela, no quería llamar la atención, y entonces llegó a casa, dónde Bo estaba comiendo en la cocina como si nada anormal estuviera sucediendo.
