VACACIONES, LO MEJOR DEL AÑO, pero no todo es color de rosa. Ella sabe que no puede seguir en la casa de su padre por el tonto acuerdo que él y su madre tienen, así que tendrá en esas vacaciones qué ir a la ciudad de su madre a quedarse por todas la...
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Narrador omnisciente.
Anya no entendía lo que había sucedido, después de aquella noche le habían seguido, y cuando se quedaron profundamente dormidos; despertó sin él a su lado. Vincent dejo de visitarla por días, y a Anya solo le tocaba esperarlo. No se acercaba a las ventanas por precaución, tenía miedo de que Vincent ya no quisiera verla, ella si lo quería ver. ¿Había hecho algo malo? ¿Lo que sucedió aquella noche fue malo? Anya se sentía mal y sus inseguridades salían a la luz por la ausencia de él, ¿y si la había abandonado? No sería la primera vez, su madre lo había hecho; entonces el enojo se apoderó en su ser, y las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas.
Su madre le había abandonado, y Matt no aparecía desde hace meses con oficiales o con alguien para rescatarla. La había abandonado como su madre. Y ni hablar de su padre, ¿por qué se tardaba en buscarla?
Por otra parte, aquella noche había sido tan mágica, y Vincent no podía borrarla de su memoria, el ver el cuerpo desnudo de su amiga le daba brincos al corazón. Ahora entendía cada vez que Bo buscaba diversión, aunque no entendía el porqué la forma en la que Bo se lo describía era tan diferente a la forma que él la veía y sentía. Observo que la figura era de una mujer joven, desnuda y cada parte de su cuerpo era parecida al de Anya. Cerro los ojos con fuerza, tratando de sacarla de su mente pero no funcionaba.
¿Qué era lo que sentía? Quería estar con ella para siempre, y no dejarla ir nunca jamás.
—¿Es ella? —la voz lo sobresalto. Vincent volteo a ver detrás suyo, encontrándose con Lester con una sonrisa socarrona—Es guapa, y tiene unos pechos increíbles.
Vincent lo observo fijamente, no quería que le hablaba así. Anya merecía respeto.
—¿Ya te la cogiste? —pregunto Lester, caminando hacia él despacio. —Vaya, después de meses, por fin hiciste lo que querías. ¿Ahora qué harás?
—Cállate —fue todo lo que dijo para cubrir aquella figura con una sábana.
Lester le observo fijamente, entonces entendió, nego con la cabeza consecutivamente. Se acercó a su hermano, posando su mano en su hombro; Vincent volteo a verlo.
—Tarde o temprano se va a querer ir, o él sabrá que está aquí. ¿Qué piensas hacer cuando pase? —Vincent miro el hueco que estaba en la pared fijamente.
¿Qué iba a hacer? La amaba. No quería que Anya se fuera con ninguna razón, suspiro, tampoco quería que Bo fuera tras ella y le tocará. Quería ser solamente él el que tuviera ese maravilloso privilegio.
—Vincent, estás enamorado —fue lo que dijo Lester lo que lo trajo a la realidad. —Si darás la vida por ella, entonces piensa bien lo que harás, no me quiero quedar sin hermano.
Fue lo último que dijo Lester para desaparecer de su taller. La noche cayó de nuevo, y después de tanto tiempo, camino por los huecos llenos de velas encendidas para llegar con su amada, después de tanto iba a volver a verla y eso le daba muchos nervios. ¿Qué pensará ella? Sin embargo, se dió cuenta cuando la vio llorando en el suelo, recargada en la pared abrazando sus piernas. Vincent camino hacia ella y se agachó, ella descubrió su rostro para verle.
