Vengo a disculparme de antemano por tanto tiempo desaparecida, meses, un año tal vez, idk, estuve en otros asuntos y estaba agotada de promoción, capítulo, escuela, y a mí como lectora pues no me gustaría que de un momento a otro me pararan la historia, sé que casi no tenía lectores, pero uno que otro sí y no saben como los aprecio, solo que cuando la mente se cansa pues no hay mucho qué hacer. Así que vine a disculparme y planeo organizarme entre promocionar, estudiar y escribir a ver qué tal me va. Besitos en la cola, disfruten y deséenme suerte.
Capítulo 14
Puerco marrano, mejor disfrázate de persona...
Lunes.
Martes.
Miércoles...
¿Por qué existen los días de la semana?
Corrí hacia Isadora y la tomé del hombro para que se detuviera. Anoche no pude dormir casi nada porque lo único que hice fue pensar sobre los días de la semana. Son importantes, pero no entiendo el por qué o de dónde vinieron, o cómo es que el mundo sabe que ya se acabó el día y pasa al siguiente. No lo entiendo.
—Oye, Isa, ¿por qué existen los días de la semana? —pregunté y el rostro de mi amiga cambió drásticamente, primero a uno de confusión, luego a uno de sorpresa y por último a uno de preocupación.
Sus manos se pusieron en mis mejillas y apretó mis cachetes mientras hacía que solo la mirara a ella.
—¿Estás teniendo una crisis existencial, amiga? —inquirió. Segundos después sus ojos se perdieron tras de mí— Ey, Ian, mi chaparra está teniendo una crisis existencial.
Quité sus manos de mi rostro para echarme un poco hacia atrás y tener acceso a ver a Ian e Isadora.
—Oye, no soy ninguna chaparra, es más, soy más grande que tú. —reclamé y ella me golpeó el hombro con su mano.
—Solo por mini centímetros, ignorante. —se defendió.
—¿A quién llamas ignorante, rata inmunda? —me burlé.
—Animal rastrero. —siguió.
—Escoria de la vida... —continué, cantando la última frase antes de que alguien viniera a interrumpirnos.
—Helena es puntual. —dijo Isaac, amargándonos nuestra diversión. Hablaba de nuestra profesora, lo dijo con tono tan amargado que me contagió un poco.
Después de lo que ha pasado entre nosotros estoy dudando de si me está nublando lo que quiero hacer. El placer puede nublar el juicio y no quiero que me pase, siento que debo investigarlo. Este año me graduo, quiero divertirme, aunque sea un poco, he sido siempre la cursi, la más fresa de entre la multitud, y este año quiero cambiar, quiero sentir que no he malgastado mi adolescencia. Por más que eso suene asqueroso para mí, o cringe, es lo que quiero decir.
—Don idiota, usted me acaba de hacer sangrar los oídos con su odiosa voz. —habló Ian, dándole una palmada en la espalda a Isaac quien lo miró como la chica del exorcista, lo que hizo que Ian quitara su mano para después avanzar dejándonos atrás.
—No tanto como los míos cuando Irma cantó "escoria de la vida". —agregó Isaac, burlándose de mí.
—Pedazo de animal. —refunfuñé, pasando a Ian para tomar la delantera hacia el salón.
Luego de nuestra práctica fallida en la cancha, Isaac se regresó a su casa. Me costó botar las latas de cerveza que había escondido, pero al final lo logré. Hoy es martes, y mi lista con cuatro cosas, dos aún me hacen falta cumplir. La ventaja es que todavía tengo tiempo para hacerlas y cumplir mis dieciocho tal y como quiero hacerlo.
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IRAM
Novela JuvenilDespués de la cuarentena Irma Ramos regresa a la escuela. Luego de tener tantas malas calificaciones y casi no pasar el año tiene claras sus metas: 1- Recuperar su lugar. 2- Demostrar que puede más que todos. 3- No permitir que nadie le gane. Ya...