Capitulo 5

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Lauren

-Un momento, parad. -Estábamos en la cocina de Chris y Georgia hablando de los gastos de la granja cuando mis hermanos mencionaron algo sobre un presupuesto para publicidad-. ¿Por qué necesitamos un presupuesto para publicidad?

-En primer lugar, para pagar a la asesora que va a venir mañana, es bastante probable que quiera que le paguemos por sus servicios -dijo Mike.

Los miré alucinado.

-¿Qué asesora?

-La que contratamos la semana pasada para que nos ayude a promocionar la granja -dijo Chris-. ¿Puedes bajar la voz? Cooper por fin se ha dormido.

-No sé de qué cojones habláis -espeté, aunque intenté bajar la voz. A Cooper, mi sobrino de un año, le costaba dormir por las noches cuando Georgia trabajaba. Lo adoraba, así que hice el esfuerzo-. Nunca he dicho que sí a contratar a una asesora.

-Es verdad, no lo hiciste. -La calma de Mike me sacaba de quicio-. Pero te superamos en votos. La granja es de los tres y nuestras opiniones sobre cómo llevarla valen lo mismo.

-¿Y decidisteis hacerlo sin decirme nada? -volví a gritar, no me pude contener. Odiaba las sorpresas, joder.

-Fuiste tú quien se largó como un energúmeno cuando no te saliste con la tuya -dijo Chris-. Nosotros nos quedamos hablándolo un buen rato y decidimos que valía la pena gastar dinero en contratar a alguien que nos ayudase a hacer publicidad.

Me crucé de brazos.

-No nos lo podemos permitir.

-Tampoco nos podemos permitir no hacer nada -dijo Mike-. Papá era un buen granjero con ideas revolucionarias, pero los negocios se le daban fatal, así que nos tocó a nosotros hacernos cargo de sus deudas. Luego tuvimos que comprarle a mamá su parte cuando se mudó a Florida.

-No soy gilipollas -espeté-. Ya lo sé.

-Ahora tenemos familias y facturas que pagar.

Ellos tenían familia, yo no. No me hacía gracia que me lo recordasen.

-No es problema mío que tu exmujer te pida una manutención. Haberlo pensado antes de ponerle los cuernos.

-¡Eh! -advirtió Chris-. No seas capullo. Tenemos un buen proyecto, pero una granja orgánica no es barata. ¿De qué nos sirven los principios y el trabajo duro si no tenemos dinero para mantener el negocio activo?

-Cada vez hay más competenciancia -apuntó Mike-. El mercado está saturado. Hay que destacar.

Me hundí en la silla con el ceño fruncido. No tenía que recordarme la competenciancia, la saturación del mercado, las deudas ni ninguno de los otros puntos de la lista «Motivos por los que los granjeros tienen la tasa más alta de suicidios de entre todas las profesiones».

Chris se llevó la mano al pecho.

-Soy chef, no empresario. Tú eres una exsargento del ejército que lleva la agricultura en la sangre y está decidido a hacer las cosas bien. Pero si queremos que la granja salga adelante, tenemos que empezar a pensar que también es un negocio. -Suavizó el tono-. Sé que era tu sueño y el de Sidney, pero ya no es un sueño, Lauren, es la realidad. Para todos nosotros. Si quieres conservar la granja, tenemos que invertir en ella.

-Te conocemos -dijo Mike-. Somos conscientes de que prefieres ir a lo tuyo y guardarte lo que piensas. Hasta ahora hemos dejado que tomases todas las decisiones importantes y hemos apoyado tu visión a pesar de saber lo caro que sería. Joder, me habría encantado venderlo todo cuando aquel tío de la soja nos hizo una oferta. Nunca he querido ser granjero.

Después de Caer (Camren Gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora