XVI

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     Podía ser que la familia de Evelyn fuese la que más destacase en el salón, pues eran, en comparación con el resto, los peores vestidos y los que más jaleo armaban.

     Kaira correteaba de un lugar a otro, insistiendo a su hermana en visitar el resto del palacio. Caspian y Elyan se turnaban en intentar controlar a su hermana pequeña, aunque poco podían hacer. Y su madre no paraba de regañarles con cierta delicadeza.

     El único que pasaba desapercibido era Sven, que no se separaba de las piernas de su hermana mayor.

- ¿Por qué habéis tardado en venir? - Preguntó Evelyn a su madre en un determinado momento.

- Resulta que Kaira se marea en el coche, ha estado a punto de vomitar dos veces y hemos tenido que hacer más paradas de las previstas.

     Su madre le respondió dejando escapar un suspiro. Aún no terminaba de creerse que sus hijos y ella estuviesen en el palacio real, que una de sus hijas tal vez se casase con uno de los príncipes de Xirian...

- ¿No tienes que hablar con nobles o gente importante? - Preguntó Sarah al ver que lo único que hacía Evelyn era permanecer con ellos, mientras el resto de seleccionadas entablaban conversaciones con diferentes invitados.

- Es igual, hay nueve seleccionadas más. ¿Qué tal en casa? ¿Os ha llegado todo el dinero?

- Sí, no te preocupes por eso. Gracias a ti hemos comido mejor estas semanas, y Sven tiene un libro nuevo.

- Sí. - Añadió el más pequeño de los Aberdeen elevando los ojos hasta su hermana y apretando más el abrazo.

- ¿Y tú? Elyan me contó que estabas resfriada, ¿Has ido a un médico? ¿Estás mejor? - Preguntó Evelyn recordando lo que su hermano le había contado en el pequeño encuentro que tuvieron en palacio, el que casi causa la eliminación de Evelyn.

- No te preocupes por eso tampoco. He ido a un médico y hemos comprado medicinas, ya estoy mejor. - Respondió Sarah, esbozando una sonrisa.

     Evelyn asintió despacio. Había escuchado a su madre toser unas cuantas veces desde que había llegado a palacio y se le veía mucho más cansada de lo que recordaba. Aunque sabía que Elyan y Caspian no dejarían que descuidase su salud.

- Cuéntame, ¿Qué tal con las seleccionadas? ¿Cómo son los príncipes?

- Con las chicas bien. Tengo varias amigas, de hecho... - Evelyn alzó el cuello buscando a Bianca, Brielle o Azalea entre la multitud. - Luego te las presento. Y los príncipes son... Interesantes. Está bien, se preocupan por nosotras y por el reino, supongo.

- Evelyn, si no te sientes cómoda o quieres volver a casa puedes hacerlo.

- Sí. - Sven apoyó el comentario de su madre, sin separarse de su hermana mientras esta negaba con la cabeza.

- Estoy bien, de verdad. Y quiero que os siga llegando dinero, lo necesitamos.

- Lo primero es tu felicidad, Evelyn.

- Soy feliz, mamá, en serio.

     Sarah sonrió con cierta dificultad, solo quería darle a sus hijos una buena vida, mejor que la que ella había vivido. Desde que su marido... No podía pensar en eso en ese momento, debía estar ahí, con su hija.

- Mamá, mamá. - Kaira se acercó a ellas prácticamente a la carrera e instó a su madre a agacharse levemente, para decirle algo en el oído.

- Te he dicho que no corras, y Caspian te lo ha dicho también. - Regañó Elyan llegando varios pasos detrás de su hermana pequeña.

- ¿Dónde está? Caspian. - Preguntó Evelyn, desde que Kaira había comenzado a pasearse por el salón sin previo aviso había visto bastante poco a sus hermanos.

- Estábamos buscando a Kaira, seguirá por algún lado. Esto es enorme, y mira que parecía chico.

- Quiero ir al baño, mamá. - Susurró la pequeña atusándose el sencillo vestido que se había puesto.

- Hay uno en esta planta, cerca de las cocinas, ¿Quieres que la lleve? - Se ofreció Evelyn. Se sabía a la perfección la disposición de las salas de esa planta y la primera, eran los únicos lugares de palacio por los que vagaba día sí día también.

- No te preocupes cariño, yo la llevo. - Sarah cogió la mano de su hija más pequeña y se dispuso a llevarla hasta un baño. - Si nos perdemos preguntaremos a algún guardia.

     Evelyn asintió y las siguió con la mirada hasta que desaparecieron del salón.

- Apenas hemos podido hablar, ¿Qué tal? - Preguntó Elyan, haciéndose con una copa de una bebida amarillenta casi transparente con pequeñas burbujitas y bebiendola sin saber realmente lo que era.

- Creo que nunca había escuchado esa frase tantas veces.

- Puedo preguntarte por los príncipes si quieres. - Sonrió su hermano, desviando la mirada un instante para observar su alrededor y ver si sus altezas se encontraban cerca.

- Hablar de eso me apetece muchísimo más. - Replicó Evelyn con ironía y contagiada su sonrisa.

     Sintió un par de tirones no muy fuertes de la falda de su vestido y bajó la vista para encontrarse con los grandes ojos de Sven, que le incitaban a agacharse a su altura.

- ¿Qué ocurre? - Preguntó Evelyn una vez agachada, junto con Elyan, a la misma altura que su hermano pequeño.

- Hay muchas cámaras, ¿Por qué? - Preguntó este jugueteando con la tela de una de las capas de la falda del vestido de Evelyn.

- Para que todo el reino pueda verlo. Gracias a que hay muchas cámaras vosotros podéis verme todas las semanas en la tele. - Le respondió con cariño ella.

- Aunque a ti te sacan bastante poco. - Replicó Elyan, acariciando al mismo tiempo la cabeza de su hermano y volviendo a elevarse.

- ¿Qué le voy a hacer? Somos diez jóvenes y hay nueve más interesantes que yo.

     Evelyn también se elevó al mismo tiempo que respondía. No le afectaba en lo más mínimo que fuese de las que menos salían en televisión, ¿Por qué debería? Ella lo único que quería era mandarle dinero a su familia, no hacerse famosa.

- ¿Y eso quién lo dice?

     Escuchar la voz del príncipe tan cerca de ellos consiguió que Evelyn girase el rostro con rapidez. Elyan también se había sorprendido al encontrarse con Kristian, al menos supuso que era él, un par de pasos detrás de su hermana.

- Alteza. - Saludó Evelyn sin terminar de comprender por qué parecía que el príncipe y ella se estaban encontrando mucho últimamente.

- ¿Interrumpo alguna conversación importante? - Preguntó Kristian enderezando la espalda pero desviando la vista levemente hasta Sven, que le miraba con los ojos bien abiertos.

- No realmente. - Respondió Evelyn.

     El ambiente se volvió algo pesado en pocos segundos, tal vez fuese porque Sven y Elyan solo observaban al príncipe serios, mudos, y su alteza tampoco les dedicaba palabra alguna.

- Él es mi hermano pequeño, Sven. - Presentó Evelyn con una sonrisa intentando cortar la tensión que había en el ambiente. - Y él mi hermano mellizo, Elyan.

- El famoso hermano que se vio en palacio, imagino. - Intuyó Kristian, ladeando la cabeza a un lado, justo cómo su hermano tenía costumbre hacer.

- El mismo. - La seleccionada instaba a su hermano, con la vista, que entablase conversación con el príncipe pues la situación comenzaba a ser incómoda.

     Elyan, por el contrario, tenía otros planes. Observaba a Kristian con las manos en los bolsillos, intentando analizarlo. Ese chico, un año mayor que él, podría acabar casándose con su hermana; Evelyn podía acabar viviendo en palacio con él, no podía dejar que se la llevase así como así.

Holaa!! He tardado más en subir este capítulo porque he ido de viaje con mi familia y no había wifi, pero ya estoy de vuelta :)
Espero que os guste!!

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