La Vida Es Un Hilo (Pausada)

Capítulo #12

*Foto de Alex*

Nota #1: No sé si pueden ver el tráiler, pero si logran verlo avísenme. Espero que les guste.

Nota #2: Voten y comenten por favor. Besos...

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¿Chica obediente o rebelde? Ninguna

-Despierta... oye despierta...- me movieron un poco fuerte y abrí los ojos somnolienta.

Miré hacia el frente ya con una aclarada vista, estaba Amanda con su cabello hecho un desastre y aun con sus pijamas. Toda adormilada.

¿Cómo había llegado a mi habitación? Oh Dios, tengo serios problemas de amnesia. Lo ultimo que recordaba eran los besos de... Será mejor no preguntar nada.

-¿Que hora es?- pregunté mientras me sentaba en el umbral de la cama y estiraba mi cuerpo.

Todos mis huesos sonaron hasta que por fin me sentí mejor (físicamente).

-Son las cinco de la tarde y ya debemos marcharnos.- respondió Amanda mientras tomaba su ropa y entraba al baño de una forma indiferente.

Quedé completamente sola en la habitación.

Me acosté de nuevo en la cama y miré pensativamente el techo.

Joder...

Había besado a Alex. Había besado a Alex. Bueno, técnicamente él me besó. Pero joder, yo continúe con el beso. ¿Por qué lo hice? Ah si, el muy idiota me gusta. Rayos...

¿Por qué me gustas tanto?

Esa pregunta retumbaba en mi cabeza. No podía dejar de pensar en ello. Estaba grabado en mi cabeza como una maldita canción. Ya me entraba el dolor de cabeza.

Suspiré.

Alex me gustaba de una manera que no podía explicar pero, había algo de él que no podía evitar temer. No sé nada de él, ni siquiera lo conozco literalmente y eso, simplemente eso es lo que me asusta.

Aunque quisiera conocerlo...

¡No! ¡Jamás conocería a Alexander Walker como algo más que amigos u enemigos! Y... ¡Jamás volvería a besar a Alexander Walker!

Si claro...

Y tú cállate.

Tus labios son míos y solo míos...

Dios mío... y como besaba ese hombre. Tan feroz, tan jodidamente perfecto.

Suspiré y me sonrojé.

Alex era físicamente todo lo que podría llamarse perfecto. Su cuerpo de infarto, sus ojos, sus labios, su cabello, sus cejas. Sus cejas eran preciosas. Gruesas y apuestas.

¿Enserio, cejas?

¡Ya basta Esme! ¡Es tu enemigo! ¡E-n-e-m-i-g-o!

No por mucho....

¿Y tu que sabes? Nada, gracias.

Suspiré esta vez preocupada.

¿Por qué le gustaba? Mi cuerpo no era de modelo. Mi cabello tenía mechas verdes. Mi ceja tenía una perforación y siempre vestía con colores oscuros. Detesto las fiestas y no soy divertida.

Entonces... ¿Que le gustaba de mi? ¿Mis sentimientos? ¿Mis ojos? ¿Mi que?

No le encuentro la lógica. Yo lo trataba como si fuese la mierda más apestosa de este mundo y viceversa... Mis ojos, no diré nada sobre ellos.