*foto de Esmeralda*
El comienzo del día
-¡Esmeralda baja ahora!- comenzó a gritar mi mamá cuando hace apenas unos malditos segundos yo dormía plácidamente.
Abrí mis ojos como platos al sentir como mis sensibles oídos pitaban por el gran grito mundial que había pegado mi madre. Cómo detestaba eso.
Entonces levántate idiota.
Ohh, mi yo interior era tan linda.
Me volteé soltando un gruñido, mientras quedaba boca arriba mirando el techo blanco lleno de estrellas fluorescentes. Me encantaban esas pequeñas estrellas. Me hacían dormir plácidamente y pensaba que dormía en la galaxia.
Luego de contemplar las infantiles estrellas, de mi boca salió un pequeño suspiro cansino.
-¡Esmeralda!- volvió a gritar mi desesperada madre.
-¡Ya voy mamá!-contesté a regañadientes mientras me sentaba en el umbral de la cama a meditar, como siempre.
Todos los días pasaba lo mismo, la misma rutina. Olga me gritaba desde el primer piso para que bajara a desayunar y yo, perezosamente y a regañadientes obedecía.
Hoy un maldito lunes, un aburrido lunes como todos los lunes de la puta semana.
Estoy muerta....
Me metí al baño y comencé mi gran rutina diaria.
Al salir, caminé a mi armario y miré la ropa mientras pensaba en que vestir hoy. Toda la ropa era de color negro, negro, negro y más negro.
Lo mismo de siempre.
Maldita yo interior.
Opté por unos vaqueros, una blusa negra sencilla con las mangas hasta los codos y como calzado, unas botas de cuero negro.
Dejé mi ondulada melena negra con un mechón verde suelta. Me maquillé sencillamente, con un poco de rubor y delineador negro enmarcando el iris esmeralda de mis ojos.
Cuando había nacido, mi madre decidió llamarme Esmeralda por el color de mis ojos. Era un copito de nieve (por la piel) con ojos esmeraldas.
Finalizando, caminé hacia el espejo y miré mi aspecto por última vez. No era delgada y tan poco era obesa. Simplemente era ¿normal?. Miré mi perforación en la ceja y sonreí satisfecha. Amaba esa perforación.
No eres normal, eres un puto fenómeno, buena para nada.
Ahí está esa vocecita maligna de mi yo interior. Puta.
Ella y yo teníamos una increíble guerra interna.
Suspiré antes de tomar mi celular, mientras me disponía a bajar las escaleras para desayunar y complacer a mi... ¿A mi que? Ah si, a mi madre. Quisiera ser huérfana por un día.
Me senté sigilosamente en la mesa mientras la señora todo poderosa me ponía el plato enfrente de mala manera.
Huevos fritos, con tostadas y tosineta. Típico desayuno de los lunes.
Mi madre era un desastre.
Metiéndome las palabras en la boca, comenzé a desayunar, mientras mi madre pensaba en que pelea me iba a montar hoy. Y comenzamos con la típica pelea del vestuario. Ya me la sé de memoria, es rutina.
-¿Hija, cuando piensas cambiar tu vestimenta? ¡Siempre andas vestida de negro! ¿Acaso no te cansas? Si sigues así nunca vas a lograr atraer nisiquiera a los viejos.- comenzó.
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La Vida Es Un Hilo (Pausada)
Novela JuvenilAveces la vida puede ser simplemente un hilo. "Pisas mal y te caes". Esmeralda es una chica de 16 años, humilde, amable y generosa, con una vida llena de sueños a seguir. Pero... ¿Que pasa si tienes una madre prostituta y un padre inexistente que t...