06.- La casa.

1K 134 13
                                    

Cuando la casa estuvo terminada, el equipo se sintió algo más protegido, o al menos Missa se sintió de esa manera, lo único que veía de cambio en el equipo de tryhards, era que ahora andaban un poco más relajados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando la casa estuvo terminada, el equipo se sintió algo más protegido, o al menos Missa se sintió de esa manera, lo único que veía de cambio en el equipo de tryhards, era que ahora andaban un poco más relajados.

Pero no, aun así, no se atrevió a salir esa noche ni la mañana siguiente, aquella mañana, cuando despertó, comenzó a hacer el desayuno para sus compañeros, sabiendo que seguramente ellos estarían ocupados, y él quería sentirse útil después de todo lo que ellos estaban haciendo por él.

Se estaba comenzando a sentir en casa con aquellos chicos, a pesar de que siempre notaba las diferencias entre ellos porque ellos eran productivos y él no se sentía tan productivo, siempre intentaba ayudarle en las cosas de la casa.

-Buenos días Missa. -bostezo Quackity llegando a la planta baja.

-Hola Quackity. -saludo mientras le sonreía. -¿Quieres desayunar?

-Claro, ¿Qué hiciste de desayunar? -cuestiono el pato.

Missa lo observo, Quackity todavía parecía muy dormido. -De desayuno hay café y pan, ¡con mantequilla, claro! Y para almorzar hice tacos, porque había carne y pude hacer unas tortillas. -sonrió feliz.

Aquello que dijo pareció despertar completamente a Quackity, porque el pato se enderezo y lo observo casi con un brillo de amor en los ojos.

-¡Tacos! ¡Que pinche cosa más rica! -exclamo el otro mexicano sonriente y feliz.

Missa se sintió contagiado por la alegría de su amigo por lo que también celebro; a pesar de que era el quien estaba preparando aquel desayuno y almuerzo. Se encargo de preparar suficientes para darles a todos los chicos del equipo, a pesar del suceso con la abeja, habían permanecido sin cambiar nada del trato, por lo que Missa estaba esperando el día en que ellos salieran a minar para el poder comenzar a buscar una distancia razonable para hacer su base y pequeña torre de control.

No estaba dispuesto a dejar solo a ese equipo, ellos eran los únicos que podrían ayudarlo en casos extremos, y en aquel mundo ellos ya habían demostrado que podían hacer lo que quisieran, por lo que Missa no estaba tan entusiasmado de llevarles la contraria.

Prefería no tenerlos como enemigos, tomando en cuenta lo poderosos que eran, si el intentaba huir, Missa sabía que lo encontrarían fácilmente (de hecho, ya lo habían hecho una vez).

Estaba terminando de servir el desayuno de todos cuando escucho a Shadoune hablar mientras se acercaba.

-¿Qué es lo que huele tan bien? -cuestiono, algo somnoliento.

-El desayuno y almuerzo, ¿Quieres que te sirva? -pregunto algo enternecido de la imagen del francés temido más dormido que despierto, con una mueca de que quería dormir más tiempo.

-Sí, por favor Missa. -asintió, y el amante de los esqueletos se apresuró a llevar a Shadoune una taza de café, azúcar, leche y el pan.

Sí alguien te da la oportunidad, tómala, no pienses en nadie más que tú, pinche Missa, necesitas aliados poderosos, si quieres deshacerte de aquellos que te ven como un débil, así que no pienses que nos traicionaste en esta guerra, si esos idiotas pensaran habrían entendido que podían haber obtenido algo del bando de Rubius, tu solo hiciste lo que debías, ahora vamos, te llevare a un lugar seguro, Rubius ya no puede asegurar tu protección así que yo lo hare. -Missa se detuvo a punto de darle los tacos a Shadoune, ¿Qué fue eso? ¿El conocía a Rubius de un pasado? ¿Por qué esa voz se le hacía conocida pero no podía decir ni siquiera el nombre de la persona dueña de esa voz?

You're Not Alone. - Minecraft Extremo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora