capítulo 22: Una nueva aliada.

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Pov Dante.

Estamos uno frente al otro, yo solo pienso y proceso en todos y cada una de las palabras y la información que me proporcionó Daria. Llevamos cerca de dos horas encerrados los tres en mi oficina, Óscar alejado en silencio y yo frente a la que hace nada suponía una piedra en mi zapato.

— No piensas decir nada Dante? — pregunta la rubia.

— Tiene que haber alguna razón para que Enrique diera esa orden. Quizás está siendo presionado por sus superiores y...

— ¡Detente Dante! Deja de no querer ver la verdad que se pasea descaradamente por tus ojos. Fleito no es alguien de confianza, y perdóname amigo. Él puede ser alguien importante para ti pero yo no le debo nada a ese señor, no le tengo ningún tipo de estima que me haga dudar de la realidad como lo haces tú. — Óscar es severo. — Te entiendo, sé la posición en la que te encuentras, pero no acepto que se te escape esto de tus ojos, que no quieras aceptar lo que te niegas a ver.

Me pongo de pie y camino hacia la ventana, coloco una mano en mi barbilla mientras me debato en una guerra interna que solo me atormenta más. Recuerdo ese día, el día del atentado en Miami donde Flavio casi pierde la vida. Íbamos camino a reunirnos con ese hombre que nos recomendó Enrique y, pasó lo que pasó, si parecía una emboscada como los chicos insinuaron en aquel entonces, era una muy grande casualidad que me obligué a creer pero, algo en mi quiere seguir creyendo que fue eso, solo un acto completamente fortuito.
Vuelvo a mi escritorio y alzo la silla lanzandola lejos con un gruñido potente.

— Huy, hay cosas que nunca cambian. — dice Daria mirándome. — Te daré un consejo Dante, puedes tomarlo si quieres. Aprende a ser más pasivo y no tan impulsivo. Con ese carácter que se apodera de ti cuando sabes que no tienes el control sobre algo, no vas a lograr nada, solo demostraste al enemigo tu vulnerabilidad.

— Esta chica tiene razón Dante. — observo a Oscar. — Lamentablemente la lista de enemigos crece más cada día, pero, eso no significa que siendo precavidos y con inteligencia, no podamos deshacernos de uno a uno de ellos.

— Y hay algo que logré comprobar con mi investigación. Los rusos que dirigen la mafia residen en la ciudad, están en el país, la organización nació en este estado. — mi amigo y yo prestamos atención a las palabras de la agente Fonseca. — Tengo una investigación detallada, con fotos, biografías, detalles importantes, pistas, todo. Estos meses me dediqué a trabajar por mi cuenta en cubierta,nadie en la oficina lo sabía, mucho menos nuestros superiores. Llegué a la conclusión de que Fleito estaba involucrado desde el momento en que ordenó archivar la muerte de Jullio Prieto.

— Yo también tuve mis dudas. — agrega Óscar. — Por más consideración que le tuviera a Dante, él, siendo el juez principal del estado de Texas no podía descartar un caso de tal importancia donde un agente del FBI fue asesinado y peor aun, donde el principal sospechoso era el encargado principal, o sea, tú Dante.

— Te conozco. Sabía que tú no tenías nada que ver con la muerte de Prieto, eres impulsivo, pero el hombre más justo que he conocido. — admite. — Sé que lo harías responder ante la justicia por la alta traición al gobierno, los cargos por los que lo acusarian le harían pagar el tiempo suficiente en la cárcel, la conspiración y espionaje tienen una alta pena de prisión. A partir de ese momento, trabajé por mi cuenta. Desocupé un poco la oficina, lo acepto, todo fue un caos aquí.

— Lo supimos. — le dice mi amigo.

— Pero, el día en que la orden directa de Enrique de liberar al jefe del barrio llegó a mis manos, no tuve la menor duda, él es parte de esa organización. Además, piensa Dante, tiene sentido. ¿Cómo tu padre siendo un simple empresario tendría acceso a esta organización y trabajar directamente con los grandes? No hablamos solo de lavado de dólares, hablamos de poder. Ellos necesitaban a alguien rico, con una fortuna altamente considerable para postularse a cargos públicos. Darío Pires es el posible próximo gobernador del estado, con la justicia y el poder de la ciudad en sus manos, los rusos serían imparables y los verdaderos dueños de todos. Tu padre y tu amigo solo han sido marionetas para ellos.

En la paz de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora