capítulo 21 Heridas invisibles

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Pov Anastasia.

Creo que vamos a meter en problemas a Migoh, pero, no soporto un día más aquí encerrada aunque apenas llevamos unos pocos. Yunna fue de comprar con uno de los oficiales, Donato y su mano derecha, Julio creo que se llama no están en casa. Hoy es el día, queremos salir y no sentirnos prisioneras por unas horas al menos, Daniela trae a mi pequeña y me la entrega, ya vestida y con un juguete en la mano, Araceli trae una mochila llena de cosas como si fuéramos de camping.

- Araceli por qué eres tan exagerada. - le pregunto poniendo los ojos en blanco.

- Agarra tu mascarilla y calla Violet.

- Anastasia. - le aclaro.

- Prefiero Aihnoa. - se burla.

- Cándida, relájate. - decido vacilar un poco.

- No te voy a responder por respeto a tu hija, que no merece escuchar lo que se ha quedado atorado en mi garganta.

Nos reímos. Migoh llega corriendo. Está agitada y mira los lados todo el rato.

- Dormí al chico de la puerta, le eché un somnífero en el café pero, quedan dos más cerca de la entrada, no puedo dormir a toda la seguridad porque se darían cuenta.

- Tienes razón, gracias Migoh, no te preocupes, yo tengo un plan.

Todas miramos a Daniela sin entender nada pero, de ella puedo esperar cualquier cosa.
Dani se saca su blusa y queda en sujetador. Mis ojos se abren como platos, Migoh se pone roja como tomate y la mira como si estuviera loca y Araceli suelta una sonora carcajada.

- Eres una demente. - le dice Araceli.

- Aprendamos a usar nuestras armas de mujer. - dice pícara mordiendo si labio inferior.

El plan está en curso. Migoh escondió la mochila con las cosas en la entrada del portón de la casa mientras Araceli y yo fingimos que damos un paseo con la niña. Daniela camina sensual, llega al lado del chico alto, rubio y fuerte de seguridad. Ella se pone coqueta y de lejos miramos como el chico se pone nervios y rasca su nuca, retenemos las ganas de reír. Dani llama al otro chico, ese es un poco más serio, además, es escocés y tiene un carácter horrible, Araceli le trae mala voluntad porque no la dejó ir al portón a asomarse. Ya se imaginarán el escándalo que dio mi amiga.

Ahí está Daniela con los dos chicos, siendo coqueta, nos hace unas señas para que salgamos pero, ¿y ella? Veo que le entrega un bloqueador solar al chico rubio y él otro se ríe por primera vez desde que llegamos aquí por algo que dijo Dani.
Araceli me jala del brazo para apresurarnos a la puerta y esquivando el cuerpo dormido del seguridad logramos salir.

- Agarra las llaves del auto. - se las lanzo a Ara. Migoh nos prestó su auto.

Escuchamos un ruido de repente y nos asustamos, nos quedamos congeladas y nerviosas. Mi amiga y yo nos miramos sin saber que hacer hasta que Daniela llega escabullendose mientras pone su blusa.

- ¡Suban al auto coño! - Nos dice mientras se sube. Mi amiga y yo la imitamos y Araceli pone el auto en marcha.

- ¡Oooohhh! ¡Lo conseguimos mierda! - grita Araceli mientras nos alejamos de la casa.

Cantamos victoria en el auto mientras mi amiga conduce.

- Hay algo que no entiendo ¿y el grito que se escuchó?

- Le pedí a Migoh que me echara una mano. - Daniela nos guiña un ojo.

- O sea, ¿cómo? - pregunta mi amiga.

- Fingió que ocurría algo en casa y los chicos corrieron a ver que pasaba ya que obviamente yo no podría ir a ningún lado porque hay un vigilante en la puerta. - se burla haciendo un saludo militar y luego reímos a carcajadas.

En la paz de tus brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora