Renjun despertó desorientado, fue solo hasta que sintió la suavidad de las sabanas a su alrededor y olfateó el olor a suavizante de telas que todos los recuerdos de los últimos días abrumaron su cerebro. ¡Estaba en la casa de Jaemin! Rápidamente se incorporó sobre la cama tratando de orientarse, protestó cuando la herida de su pecho punzó.—¡Auch! —se quejó, aunque su herida estaba sanando bien, era incomoda y dolorosa si hacia movimientos bruscos, llevó su mano hacia el pecho, sintió el vendaje alrededor pero no había humedad, lo cual indicaba que no había sangre, esperaba que pronto pudiera dejar de preocuparse. Suspiró, intentó escuchar a su alrededor, tratando de averiguar si Jaemin ya estaría despierto, nuevamente se preguntó qué hora sería, no quería hacer ruido si Jaemin seguía descansando, había pasado los últimos meses sin un reloj o alguien a su alrededor que le dijera qué hora del día era, pero había encontrado maneras de poder adivinar más o menos en qué etapa de su día se encontraba. Las calles estaban llenas de sonidos distintivos a lo largo del día, podía decir si era de temprano por la mañana si escuchaba a los proveedores entregando mercancía por las partes traseras de los edificios, las campanas de la iglesia cerca del parque siempre sonaban a media día... pero ahora no tenía la menor idea de nada.
Intentó agudizar sus oídos, pero no escuchaba nada ¿Sería todavía de noche? Si era así, no quería despertar a Jaemin. Con una mano tanteó a un lado de la cama buscando su bastón, pero como era de esperar terminó tumbando algo que termino hecho añicos en el suelo. Estaba apartando las sabanas justo cuando la puerta se abrió violentamente.
—¿Qué sucedió? —el tono de voz de Jaemin destilaba preocupación.
—Yo... lo siento, yo... —Balbuceó, aparte de ciego era idiota, siempre tartamudeaba cuando estaba nervioso. —Lo recogeré y pagare...
—No seas ridículo —dijo Jaemin, escuchó sus pasos atravesar la habitación, cuando sintió sus grandes manos en sus hombros Renjun se sintió... tranquilo, había algo en el toque de este hombre que siempre lo calmaba. —¿Te has hecho daño? —preguntó Jaemin mientras examinaba sus manos.
—No —aseguró intentando apartarlas. —Quería buscar mi bastón, ¿Qué es lo que he roto?
—Una baratija que me regalo una anciana que vivía aquí enfrente.
—Oh, lo siento mucho, debió ser un maravilloso recuerdo y yo lo he roto.
—No te preocupes, la anciana me odiaba, lo más seguro es que había embrujado ese gato de porcelana, a lo mejor era una cámara oculta para cotillear sobre mi vida y yo ni lo sabía, no tengo idea porqué lo conservaba —Renjun rio
—Se supone que las mujeres mayores son ancianas dulces —Jaemin rio.
—La señora Morrison era una bruja, siempre me andaba jalando de las orejas por casi pisar a sus gatos, o por supuestamente rayar los laterales de su carro oxidado con mi moto.
—¿Era? —preguntó temiendo que la mujer hubiera muerto, Jaemin lo tranquilizó pasando una mano por su brazo.
—Ella vive, sus hijos vinieron y se la llevaron a vivir a Denver, Nancy acaba de ocupar el departamento de enfrente.
—¿La doctora Jewel es tu vecina?
—Así es, nos torturamos mutuamente fuera del hospital —Renjun estaba sumamente sorprendido, al parecer todo lo que creyó que era amistad o lo que significaba ser amigos era algo completamente diferente a lo que él tenía definido. Casi envidiaba tener un amigo o amiga así. —¿Tienes hambre?
—¿Cómo? —preguntó tontamente, se sonrojó, se había distraído y no sabía de qué hablaban.
—He preparado el desayuno, he pensado que podrías acompañarme a comprar el regalo de Jaehyun y de paso, podríamos buscar algo de ropa para ti, aunque me fascina verte en mis camisetas no creo que a Jaehyun le guste verme golpear a alguno de sus amigos por comerte con los ojos —parece que este hombre tenía la facilidad de hacerlo sentir vulnerable. Ahora mismo llevaba una de las camisas de Jaemin y unos calzoncillos que utilizó como pijama, a un lado de su almohada se encontraba la sudadera que Renjun había usado el día de ayer. Dudaba mucho que se viera bien con esa ropa, estaba bajo de peso y su piel seguramente no tendría un color saludable.