Capítulo 18

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Renjun estaba en la acera, Yunjin estaba a su lado sosteniéndole la mano, tal vez no podía ver lo que tenía en frente, pero sabía que la imponente mansión estilo vitoriano era una hermosa visión para cualquiera.

—Gracias por hacer esto Yunjin.

—¿Dónde iba a estar si no? Eres mi mejor amigo. —Tal vez si ella no estuviera a su lado Renjun ya habría comenzado a correr, aparte de mariposas nerviosas revoloteando en su vientre, estaba entumecido. Y tal vez tenía que ser así para poder hacer lo que estaba a punto de hacer. Y aunque no estaba a su lado, saber que Nancy estaba esperándolos en el coche también lo tranquilizaba un poco. Le tenia tanto que agradecer a Nancy y a Yunjin. Jaemin creía que los tres estaban en un spa de fin de semana. Fue un invento de la doctora Nancy para cubrir su rastro, ya sabían que si Jaemin se hubiera enterado a donde se dirigían en realidad, ahora a su lado estaría el hombre y no Yunjin, y Renjun necesitaba hacer esto por su cuenta. Necesitaba cerrar esta puerta definitivamente.

Era sábado, pero no había ninguna garantía de que su padre estuviera en casa. Él a menudo trabajaba los fines de semana, siempre trabajaba, de día, de noche, los siete días de las semanas. Su padre no sabía el significado de tiempo en familia. Y ciertamente no había compartido la responsabilidad de criar a sus hijos con sus esposas.

Durante mucho tiempo Renjun había asumido de buen grado la culpa de todo. Pero no lo haría más. Jaemin tenía razón, fue un accidente y siempre viviría con la pena de que gracias a sus malas decisiones su hermano tuvo que ayudarlo, pero Renjun no había podido haber evitado que ese chofer perdiera el control de su camión.

Con una respiración profunda, caminaron por el sendero de piedra que conducía a la puerta principal. Llamó a la puerta antes de darse tiempo para echarse atrás, y esperó, cada segundo una eternidad, hasta que la puerta se abrió

—¿Puedo ayudarte? —Preguntó una voz amigable. Por un momento, Renjun no pudo encontrar su voz. Yunjin a su lado apretó su mano brindándole silenciosamente su apoyo.

—¿Aún vive aquí Huang Yitian? —Por un instante llego a temer que su padre se hubiera mudado.

—Sí, lo hace. Soy su esposa, Ana. ¿Puedo ayudarte en algo? —¿Su esposa? ¿Qué sucedió con Jia? Al parecer su padre obviamente había seguido con su vida y no solo lo había olvidado a él, sino que había remplazado a Jia con otra mujer ¿Qué habría con su matrimonio?

—¿Puedes decirle que Renjun está aquí y que me gustaría hablar con él por un momento? —preguntó con voz baja. El comportamiento de Ana cambió completamente.

—¿Renjun? —Susurró—. ¿Eres Huang Renjun? —Lentamente, Renjun asintió.

—¿Él te hablo de mí?

—Por favor, entra. Le diré a Yitian que estás aquí. —Sorprendido por la invitación de Ana, Renjun entró vacilante en la casa que solía ser suya. Una casa que ahora era completamente desconocida para él. Yunjin a su lado jamás liberó su mano

—Por favor, vengan por aquí —dijo la mujer tranquilamente, pero Renjun distinguió la ansiedad en su voz. Conforme caminaba dentro de la casa, pequeños recuerdos del lugar llegaron a su cerebro. Cerró los ojos. Oh Dios, no podía hacer esto después de todo. Yunjin debió de presentir que estaba a punto de escapar, lo sujetó del brazo y se pegó a su costado.

—Renjun, por favor no te vayas. Sé que esto debe ser duro, pero tienes que hacer esto ¿Recuerdas? Así podrás continuar con tu vida —Renjun se congeló sintiéndose como si hubiera caído en una extraña realidad alternativa, pero Yujin tenía razón, Renjun tenía que hacer esto, por Jaemin, por Injun... por él mismo. Necesitaba paz. Renjun dio un paso adelante y luego otro, hasta que se detuvieron, si no recordaba mal la ubicación de la casa, este debería de ser el despacho de su padre.

【 c ❘ a ❘ b】       ||ᴊᴀᴇᴍʀᴇɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora