Al día siguiente Renjun se dio cuenta que no le gustaba la soledad, había estado solo por mucho tiempo y cualquiera diría que a esas alturas ya debería de estar acostumbrado, pero estar precisamente en las calles no era estar solo, el solo hecho de que hubiera ruidos a su alrededor ya era algo, además, durante todo el día estaba en movimiento por la zona, el parque, la iglesia, por las avenidas, a donde quiera que fuese había ruido, gente, distracción. En cambio, en el apartamento de Jaemin, cubierto por cuatro paredes... estaba comenzando a enloquecer. Ahora comprendía por qué la insistencia de Jaemin de no dejarlo solo, pero era lógico que no todos los días contaría con ayuda, Yunjin tenía clases, la doctora Nancy tenia que trabajar y Sicheng tenia un negocio que entender. Así que ahí estaba Renjun. solo.Había intentado escuchar televisión, escuchar música, había recorrido el apartamento para familiarizarse con él, pero aun así quedaban muchas horas para que Jaemin regresara a casa. Jaemin lo llamaba cada que tenía oportunidad de hacerlo, pero Renjun comprendía que estaba en medio de una investigación importante, así que ya le había advertido que dejara de hacerlo, Renjun estaba bien.... ¿Realmente?
A estas alturas ya ni siquiera sabría asegurarlo, ahora todo lo que una vez creyó que era correcto... simplemente ya no lo era. Estaba comenzando a dudar de sus decisiones pasadas.
De pronto Renjun se puso tenso, se encontraba en el balcón porque era el único lugar donde no se sentía como un prisionero, y aunque ese lugar estaba a unos diez metros de la entrada, Renjun alcanzó a escuchar perfectamente el sonido de la puerta. No sabia como explicarlo, pero estaba seguro que el recién llegado no era Jaemin.
Inclinó la cabeza hacia un costado, pero no escuchaba nada con claridad, el desconocido se movía sigilosamente y sin hacer ruido, otra confirmación de que no era Jaemin, ni Nancy, ni Yunjin, ellos ya habrían hablado para dar conocer su presencia, lentamente se puso de pie, no quería hacer ningún ruido, a lo mejor el desconocido era un ladrón y no sabia que había alguien en el departamento. ¿Qué ladrón con inteligencia se metía a robar a casa de un policía? Eso tenia poco sentido.
Renjun caminó dos pasos hacia la orilla de la puerta, la cortina tal vez podría cubrirlo un poco, al menos eso es lo que llegó a planear, pero su plan no llegó a completarse, no había alcanzado la pared cuando unos fuertes brazos lo empujaron contra ella.
—¿Pero que tenemos aquí? —Renjun ahogó un grito. Se había enfrentado a estas situaciones en las calles, los abusivos siempre se aprovechaban de los más débiles, claro que, en la calle, hubo muchos que estuvieran al instante para auxiliar a un pobre ciego... pero aquí. —¿Quién eres? —preguntó el hombre con voz amenazante. Renjun estaba contra la pared, presionado por el cuerpo del desconocido, uno de sus brazos hizo presión contra su pecho para aplastarlo más contra la pared. Renjun trató de soportar el dolor en su costado izquierdo.
—Soy... —le estaba costando respirar.
—Si, pequeño lindo, dime quien eres —Renjun cerró los ojos al sentir el aliento del hombre cerca de su cara, no olía mal, cosa rara para un ladrón, pero un así, Renjun estaba aterrorizado. ¿Quién era este hombre? ¿Algún enemigo de Jaemin?
—Ren... Renjun —jadeó, tal vez no era bueno dar demasiada información si este hombre era enemigo de Jaemin, a lo mejor era el tipo que había disparado contra Doyoung.
—Por supuesto, lindo —Renjun apartó el rostro al sentir el pulgar de su dedo trazar la línea de sus labios, Renjun comenzó a temblar. —Se cómo te llamas —dijo el hombre con voz dura. —Pero ¿Quién eres realmente?
—¿Qué...? —El hombre lo alzó e hizo más presión contra la pared.
—¿Quién eres?
—No...—El hombre lo alejó de la pared para simplemente volver a estrellarlo contra esta, No sintió dolor, pero era sin duda aterrorizante.
—¿Quién eres? —preguntó el hombre nuevamente, ahora se escuchaba más enojado.
—¡Renjun! —gritó al borde de las lágrimas.
—No es tu nombre completo —alegó el hombre volviendo a estrellarlo contra la pared. —No se que mierda le diste a Jaemin para nublar su juicio —Renjun fue vuelto a poner sobre sus pies, pero el hombre volvió a presionarlo contra la pared y su cuerpo. Renjun jadeó al sentir su pelvis contra su cadera. —Admito que eres lindo, sin duda eres un delicioso bocadillo —luchó al sentir la lengua del hombre en su cuello.
—¡No! —era inútil luchar contra este tipo, era tan grande y fuerte como Jaemin.
—¡Dime quién eres! —Exigió el desconocido, sujetando sus muñecas sobre su cabeza. Con su rodilla separó las piernas de Renjun. Sus intenciones eran claras.
—¡Soy Renjun! —gritó desesperado, lagrimas corrieron por sus mejillas, ¿Qué quería ese tipo de él?
—¡No es así! —El hombre sujetó sus muñecas con una sola mano, y con la otra sujetó fuertemente su barbilla. —Huang Renjun —Renjun se quedó quieto al escucharlo, Huang. Una avalancha de emociones lo atacó, de repente no podía respirar, no podía pensar, crudo dolor lo ataco. Sin siquiera ser consciente de lo que hacía, comenzó a gritar y a luchar con más fuerzas.
No, no, no, no. Él no quería escucharlo. Debió de ser tanta su desesperación, que logró deshacerse de su captor, cayó al suelo y se hizo una bola de llanto y de dolor, se tapó los oídos con ambas manos y en su cabeza gritó. No, no, no, no, tratando de alejar a sus fantasmas.