╰───────────✧──────────────╮
La habitación de Moxie era un pandemonio: cartas de pretendientes esparcidas por el suelo, el escritorio manchado de tinta y el libro que había estado leyendo la noche anterior abierto sobre la cama. La luz del día entraba por la ventana, despertándola como un cálido abrazo. En su mano aún sostenía la escama de dragón que le había obsequiado el enigmático chico del clan Windu, y junto a ella yacía la carta de respuesta.
Moxie se levantó de la cama y se peinó los rizos escarlatas frente al espejo del tocador. Se enfundó en un vestido de tela ligera y holgada, adornado con detalles en tonos verdes y blancos que hacían juego con sus ojos perlados. Se preparó con rapidez, ansiosa por acudir a la biblioteca a investigar sobre el dragón al que pertenecía la escama y enviar la carta a Arka.
Descendió las escaleras del castillo con rapidez, y se unió a su madre para el desayuno.
—Buen día, Mox — sonrió Pilo al verla llegar.
—Buen día, Pilo —le respondió Moxie mientras tomaba asiento.
La mesa del hall estaba preparada con huevos revueltos de Malfantes y un vaso de leche para acompañar el desayuno.
— ¿Qué tienes ahí? —observó su hermana con curiosidad.
Moxie se puso nerviosa, tratando de ocultar la carta de su pretendiente.
—Nada importante —intentó disimular.
Pilo la miró con una sonrisa pícara y Moxie se apresuró a terminar su desayuno, deseando salir de allí para poder enviar la carta y descubrir más sobre el dragón de la escama.
╰───────────✧──────────────╮
La biblioteca de Frosra era una maravilla arquitectónica, un monumento al conocimiento y la historia acumulada durante siglos. Se encontraba alojada en un edificio antiguo situado a pocas manzanas del castillo de Lited, rodeado por un bosque espeso que lo protegía del ruido y el ajetreo de la ciudad.
Moxie entró en la biblioteca acompañada por Mael, su guardia personal. No entendía por qué sus padres insistían en que siempre la acompañara, sobre todo en un pueblo tan tranquilo como Frosra, pero decidió no darle más vueltas al asunto.
Al cruzar el umbral de la puerta, sintió como si hubiera entrado en otro mundo: las altas paredes de piedra y los techos abovedados sostenidos por gruesas vigas de madera creaban un ambiente acogedor y solemne. Las estanterías repletas de libros se extendían por todas partes, desde el suelo hasta el techo, y contenían tomos de todas las formas, tamaños y colores imaginables. La mayoría de los libros estaban encuadernados en cuero, algunos con adornos dorados o grabados en relieve, y se podían encontrar desde antiguos manuscritos medievales hasta tratados de alquimia, poesía y filosofía. Moxie sabía exactamente lo que estaba buscando: "Bestiario: Dragones de Elyndra", un libro cubierto de cuero rojo que había visto en una tienda en la ciudad. Lo tomó de la estantería y se sentó en una de las mesas de madera destinadas para el público, mientras Mael se quedaba en la entrada.
Moxie hojeó las páginas del libro con atención, estudiando las descripciones de cada dragón que aparecía. Finalmente, llegó a una página que la hizo detenerse en seco: allí estaba un dragón con una escama verde igualita a la que ella tenía. Se trataba del Dragón de los Mil Vientos, una especie que se había extinguido hace cientos de años. Según el libro, los Dragones de los Mil Vientos eran los más veloces de todos los dragones de la Tierra Dividida, y a la vez los más pacíficos, evitando cualquier tipo de conflicto con sus congéneres. Moxie se preguntó cómo era posible que alguien hubiera obtenido una escama de una especie extinta, y por qué se la habría regalado a ella, una desconocida.
ESTÁS LEYENDO
Ventisca: Historias de Elyndra (Completa)
FantastikMoxie, princesa del clan Aurora, anhela la libertad de los majestuosos dragones que vuelan por encima de las montañas de sus tierras. Pero su vida da un giro inesperado cuando sus padres la obligan a buscar un matrimonio para asegurar la estabilidad...