Jimin, un instructor de vuelo divorciado que en una inocente noche de copas donde celebra su reciente vuelta al mercado de solteros conoce a su destinado sin saberlo.
Jungkook, un joven profesor de secundaria llega al mismo lugar con la misión de...
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"Incluso cuando piensas que tienes toda tu vida trazada, ocurren cosas que dan forma a tú destino de maneras que nunca podrías haber imaginado".
¿Fastidio? No, más bien sería tristeza, Namjoon solía regañarlo siempre porque su rostro y sus expresiones hablaban antes que él mientras Jungkook escuchaba las nefastas historias de amor apasionado de sus compañeros y de cómo conocieron a sus parejas destinadas trato de poner su mejor cara, pero fingir se le daba muy mal.
En su defensa, hay personas que no tienen ni el más mínimo tacto o respeto por aquellos que han sido dejados por su pareja, ¿Acaso era una maldita epidemia encontrar su pareja destinada?
La cafetera burbujeó en el viejo estante de madera y el olor a café recién hecho se coló por su nariz causándole desagrado, era el aroma de su ex, que aunque no fuera su favorito era tolerable, desde que se separaron le resultaba molesto, irritante y fastidioso, todo a su alrededor le recordaba al innombrable alfa de pacotilla, Jungkook encendió una vela aromática con aroma a Canela, prefería ese delicioso olor amaderado, iba mas con el.
Cerró los ojos con fuerza cuando la maestra de química empezó a contar por enésima vez su cursi historia de amor.
Astros del universos denle fuerzas a Jungkook para que no mate a nadie, detestaba a su compañera llevaba más una semana presumiendo su estúpida marca (tatuaje) en la parte trasera del cuello, había escuchado la "linda historia" de cómo había conocido a su destinado al menos diez veces, no la soportaba más, no pudo evitar hacer ese gesto con su lengua golpeando en la mejilla que Taehyung y Nam vivían corriendo en él, ya se había metido en problemas más de una vez.
Su ex también lo pedía que no lo hiciera, su corazón se arrugó en ese momento al recordarlo.
Cómo si fuera poco el profesor de matemáticas entró sonriente al salón de maestros con estúpidos corazones saliendo de sus ojos, pasó por cada escritorio entregándole a cada uno de sus compañeros y al incluido las invitaciones para su unión.
Alguien allá arriba lo odiaba, definitivamente, vio la fecha en el sobre, la ceremonia de unión sería el próximo fin de semana, el alfa dominante suspiró derrotado, ¿porque la vida se metía con él?, ¿que había hecho mal?, era una invitación para dos, ¡Dios! no quería volver a explicar por qué nunca presentaba una pareja, era tan vergonzoso.
Apagó la vela sobre su escritorio, antes de que alguien cuente otra gran historia, tomo sus libros, doblo las mangas de su camisa y sus tatuajes quedaron expuestos, algún día él también tendría una cursi historia de amor que restregar en sus estúpidas cara y una linda marca que luciría con orgullo.
