Jimin, un instructor de vuelo divorciado que en una inocente noche de copas donde celebra su reciente vuelta al mercado de solteros conoce a su destinado sin saberlo.
Jungkook, un joven profesor de secundaria llega al mismo lugar con la misión de...
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"Los latidos irregulares de mi corazón al mirarte por primera vez me confirmaron que estaba realmente jodido".
Jimin estaba apunto de regresar a casa, algo le decía da la vuelta, regresa a tu casa, vamos Jimin deja a ese par de omegas tontos en el primer semáforo, no era algo, era alguien, su lobo, pero no podía hacerlo, aunque eran malvados y siempre lo metían en problemas, sobre todo y más importante, no lo respetaban, eran sus amigos.
Había un animal sabio en su interior que le decía que no debía de ser amigo de ese par, solo le hacían tomar malas desiciones.
Si lo vemos desde otro punto de vista, las ultimas semanas fueron un caos, necesitaba un respiro, pero, ¿porque salir a un bar cuando puedes ahogarte en alcohol en la tranquilidad de tu hogar?, daba igual ¿cierto?
El rostro lleno de emoción y los adorables saltitos que daba Hobi en el asiento trasero de su auto le hicieron recapacitar, también el temor de que Jin lo golpeara y lo dejara inconsciente, era esclavo de un par de omegas malcriados.
SeokJin toco su hombre sacándolo de sus pensamientos, la sonrisa maliciosa en el rostro de omega le dieron una mala corazonada, muy mala, el letrero llamativo en luces rojas le confirmó que debió quedarse en casa.
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¿Quien le pone a su Bar ese nombre?
Se dio por vencido y parqueo el auto, estaba listo para enfrentar las consecuencias de las estupideces de sus lindos omegas, abrió la puerta para sus chicos, aunque eran un par de irrespetuosos el los consentía, el día que encontraran un alfa del que se enamoren sus expectativas serian altas.
No sabía si era por su auto o porque Hobi y Jin se veían totalmente deslumbrantes, con su uniforme eran imponentes pero vistiendo ropa de civiles mataban, dudaba que lo vieran a él, tal vez se veía como un alfa anciano y ridículo.
En la entrada del bar el tipo de seguridad, era como un gran oso pardo, inmenso y aterrador aún estaba a tiempo de correr, ¿verdad? levantó la banda para ellos y los tres se adentraron el el lugar.
