Jimin, un instructor de vuelo divorciado que en una inocente noche de copas donde celebra su reciente vuelta al mercado de solteros conoce a su destinado sin saberlo.
Jungkook, un joven profesor de secundaria llega al mismo lugar con la misión de...
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"Deja que tu cuerpo se atreva a derivar las barreras que pone tu mente".
¿Es normal que aunque acabaras de conocer a alguien esa extraña sensación sensación de satisfacción te recorra por completo?, es como si hubieras estado buscando toda la vida a esa persona y por fin la hallaras.
Tener a ese tierno alfa dominante frente a él, le daba esa sensación, su voz suave era una caricia, veía cada uno de sus gestos como algo maravilloso, sus manos ansiosas picaban por tocarlo, por confirmar si su piel era tan suave como imaginaba.
Jimin tenía apoyada su mejilla sobre su mano izquierda contemplando ensimismado a Jungkook, escuchando con total atención al alfa hablar sobre su gato, ese cachorro era demasiado tierno para su corazón.
Entre más conocía al pelinegro descubría que la palabra dulzura la tenía Jungkook tatuada en alguna parte de su cuerpo.
Había perdido la noción del tiempo, ni hablar de la cuenta los whiskys que llevaban.
Los gustos por la comida, los deportes, la música, coincidían en tanto, eran el uno para el otro, quería saber todo sobre el dulce alfa frente a él.
Había un nombre que mencionaba mucho que hacía que reprima los gruñidos posesivos por parte de su inoportuno lobo, "Mingyu" ¿quien diablos era ese idiota?
A Mingyu no le gustaba que fumara, o Mingyu me regañaba por hacer muchos gestos, Mingyu no soportaba a mi gato, a Mingyu no le gustaba mi aroma.
¿Quien podía ser tan imbécil como para no disfrutar del aroma exquisito de su cachorrito?, ok, ok, no es su cachorrito pero a él le encantaría tener el aroma de Jungkook adherido a su piel todo el tiempo.
Esos ojos negros tan puros le contaban mil historias, queria escucharlas todas y cada uno de ellas, quería besarlo, solo un beso, nada más, solo uno.
Cada vez que mencionaba a ese tipo su olor se volvía diferente y su mirada se volvía lejana, esos ojitos no debían empañarse por nada ni por nadie.
Tenía curiosidad y mucha. —¿Quien es Mingyu cachorrito?.
Jungkook no podía decirle que su ex pareja era un alfa, ese pequeño detalle sería omitido... por ahora. —Es mi ex.
Jimin solo asintió, pero el castaño es un alfa, los alfas son posesivos y con Jungkook quería ser todo lo posesivo que jamás había sido en su vida y dejar salir todos esos instintos primitivos que no sabía que tenía. —Es una pena, -realmente no lo era pensó Jimin-, —¿Hace cuanto rompieron?
Jungkook tomo un gran trago de su vaso de whiskey, suspiró triste mirando al piso. —Hoy son tres meses desde que rompimos.
Jungkook se quedo en silencio y Jimin vio sus como las lagrimas resbalaban por sus mejillas, su pecho arañaba, dolía, quería consolarlo y destrozar al imbécil que lo lastimó, dio un apretón en su hombro, con cuidado levantó su mentón.
