Capítulo 1. Un nuevo comienzo.

174 65 19
                                    

Audrey

—Corre Audrey, ¿acaso no escuchas que están llamando de tu puerta de embarque?—. Victoria, mi mejor amiga, me zarandea mientras me saca de mis pensamientos.

—Lo siento, lo siento, mi mente anda dispersa últimamente—. confieso torpe, mientras tomo mis dos maletas a como puedo y camino a paso rápido entre la multitud de personas que se mueven de un lado a otro en el aeropuerto.

—Vamos, corre, Dios Audrey, que estás por cumplir el sueño de ambas, apresúrate―. me alienta mi mejor amiga.

—Iría más rápido si me ayudaras a cargar mis maletas.

—Me agoto fácilmente, ya sabes—. se excusa.

—No me vengas con ese tipo de manipulación Tory, es solo una maleta por el amor de Dios—. le recrimino mientras me coloco en la fila para poder abordar.

—Como sea, ya llegamos, no te quejes. Además, cargar tú solita con tanto peso te ayuda a mantener la figura.

Dios, como amo a mi mejor amiga, pero a veces simplemente deseo patearle el trasero y sacarle la lengua.

Victoria es mi mejor amiga de toda la vida, desde los siete años específicamente, nos conocimos en el primer grado cuando ambas nos levantamos para ir a botar al basurero los pequeños residuos de nuestros pequeños tajadores.

Desde ese momento, somos inseparables.

Increíble, ¿cierto?

—Te voy a echar mucho de menos mi pequeña—. menciona sacándome nuevamente de mi burbuja de pensamientos.

—Yo más mi pelusa rara—. le respondo con lágrimas en los ojos. —Por favor cuida de mi mamá estos meses que te quedas acá mientras logras irte a California.

Se lo digo, casi, suplicante, a sabiendas de la situación de mi madre y que en cualquier momento puede volver a recaer.

—Sabes que lo haré con todo el gusto—. menciona con ojos llorosos y una pequeña sonrisa llena de sentimiento. —Prométeme que te divertirás todo este tiempo que tardaré en llegar a Berkeley.

—Lo prometo—. menciono con una mezcla de nostalgia y emoción en mi aguda voz.

Lamentablemente, Tory se atrasó en el instituto debido a las abundantes ausencias por su tratamiento de quimioterapia; sin embargo, le dieron la oportunidad de terminar el instituto en tan solo tres meses y debido a sus excelentes calificaciones antes de que el cáncer apareciera, y su constante diciplina como capitana de las animadoras, Berkeley le brindó la oportunidad de mudarse a las instalaciones de la universidad apenas acabe con el papeleo del instituto. No obstante, solo podrá unirse a talleres de verano en lo que acaba el semestre para así poder iniciar con la carrera universitaria.

—Te veré en tres meses—. me abraza con fuerza y me suelta rápidamente para secarse las lágrimas. —Ve, ve, que entre más tardes en irte más me costará dejarte ir.

Me quedo solo unos segundos contemplándola, es hermosa, es una guerrera, es mi ejemplo de humanidad y de fortaleza, todo lo bueno de este mundo se encuentra en ella, como si Dios le hubiese brindado todos los aspectos positivos que pueden existir a una sola persona, pero que, a su vez, para hacer un contraste con tan maravillosa creación, decidió poner una pequeña piedra en su camino.

Piedra que no solo le causa dolor a ella, sino también a todas las personas que la rodeamos y la adoramos, pero que al mismo tiempo, me llena aún más de admiración, porque a pesar de los inconvenientes no se viene abajo, sino que más bien me sostiene, aún cuando yo debería ser su ancla.

Una vida para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora