Mi novio es una súper estrella

Capítulo 14

Habían pasado dos meses exactamente desde que Ross y yo volvimos a ser amigos y en ningún momento volvimos a nombrar el beso, aunque él estaba súper cariñoso conmigo, me compraba obsequios y cuando íbamos al cine y había una escena romántica él decía cosas como "ojalá eso nos pasará ¿no crees?" o "esos podríamos ser nosotros" pero yo no le contestaba osea, ¿qué contestarle a eso?

— ¡Andy baja ya o llegaremos tarde! —gritó mi hermano.

Tomé mi mochila y bajé. Subimos al auto y Chris arrancó.

— Enana te tengo una noticia.

— ¿Cuál? —lo miré.

— Probablemente papá y mamá vengan en dos semanas.

— ¡Juralo! ¿De verdad? —sonreí.

— Si pero por favor no te ilusiones tanto, dijeron que harían lo posible para venir porque están ocupados con un cliente de México.

Solo sonreí, mis papás iban a venir de nuevo, eso era genial y nada podrá arruinar la felicidad que tengo.

Bajé del auto y me fui a mi salón, me senté en el asiento que estaba alado de Emma.

— Andy, a que no sabes. —dijo Emma.

— ¿Qué pasa?

— ¡Daniel! ¡Vendrá el viernes!

— ¡¿De verdad?! —grité emocionada.

— ¡Si! —las dos gritamos— estará aquí todo el fin de semana para pasarla conmigo.

— ¿Ya hay algo entre ustedes? —pregunté.

— Dijo que cuando venga me dirá algo. —dijo ignorando mi pregunta.

Solo sonreí, estaba feliz por mi amiga, y por Ross también porque se verá con uno de sus mejores amigos.

Emma y yo bajamos a la cafetería después de nuestra clase de Español y comenzamos a comer. Minutos después me llegó un mensaje de Chris diciendo que se iría temprano. Sebas y Ross aparecieron minutos después y se sentaron a comer.

— Andy ¿te irás conmigo hoy? —preguntó Ross.

— Este... Claro. —sonreí.

— Oye Sebas... —dijo Emma— tengo un problema con mi... casillero ¿me ayudas?

Ambos se pararon y salieron de la cafetería dejándonos a Ross y a mi.

— Creo que su casillero esta bien. —dijo Ross.

— Eso es lo que menos importa ahora.

Nos quedamos en silencio por unos minutos hasta que él habló.

— Te compre algo —sacó una cajita de su mochila— ojalá te guste. {Esta en multimedia}

— Ross... Esta preciosa pero... no, es mucho, debió de costar caro no puedo aceptarla.

— Eso no importa, la compré para ti... Porque pronto serás mi princesa. —sonrió.

— Gracias. —sonreí y me la puse.

— Te queda mejor de lo que imaginé. —sonrió y lo abracé.

Salimos de la cafetería y nos dirigimos al campus.

— Oye Andy... Tu vídeo tiene mas de un millón de visitas y además absolutamente todos son buenos comentarios. —sonrió.

— ¡Un millón! ¡Juralo! Pero... ¿porqué no me dijiste cuando lo subiste?

— No lo sé pero ya superó el millón, te paso el link al rato, sales increíble. —sonrió.

— Gracias Ross. —sonreí.

— ¿Te parece si lo celebramos? —dijo— hoy en mi casa ¿que será? ¿a las ocho? Con los chicos.

— Claro pero... ¿que hay de tus papás? ¿no les va a molestar?

— No te preocupes, no estarán en casa.