capítulo 8.

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Hoy veremos el sexo del bebé, Minho. ¿Quisieras un niño o una niña?

Es lo de menos, con tal que esté sano.

Estoy seguro de que lo está...

Pero quisiera una niña.

Seungmin recordó con una sonrisa tímida y dirigió su mirada hacia abajo. Sus ojos dorados cayeron en sus dedos entrelazados con los de Minho que enviaban cosquillas a su pechito. Se da cuenta que ahora es diferente a aquella vez que salió solo, sin compañía del alto e intimidante peli negro.

Las personas en la calle ya no lo miraban con desagrado, lujuria o pena, a su lado el mayor se encargaba de que no fuera así. Con su postura elegante y fuerte, sus ligeros músculos resaltando de la camisa negra que lleva puesto, su caminar decidido, y por último pero menos importante, su mirada fría y asesina. Nadie se atrevería a lanzar una mirada fuera de lugar hacia el más bajito, al menos no con ese fuerte árbol con piernas a su lado.

Sinceramente, Seungmin se siente protegido a su lado, le gusta sentirse así, sentir que alguien lo cuidaría, que podrían cuidarse mutuamente. Inconscientemente apretó el contacto de sus manos, Minho no lo miró, más bien le devolvió la acción.

Cuando llegaron a la parada del autobús se sentaron en esa banca vieja de siempre, esperando. Minho observaba la pista hacia dónde, se supone, llegaría el bus, con Seungmin aferrado a su brazo por el frío. El menor observó su perfil con sus ojitos curiosos y su rostro pintado de un rojo suave.

Su mandíbula marcada, el casi invisible rubor en sus mejillas gracias al invierno, su nariz graciosa pero sumamente linda, sus labios rosados, y sus pestañas ligeramente curveadas hacia arriba.

Minho era un hombre atractivo.

Muy atractivo.

Finalmente sus miradas se toparon cuando Minho volteó a verlo. Su rostro se sonrojó aún más al saber que el peli-negro lo había encontrado mirándolo. Minho no dijo nada y Seungmin tampoco lo hizo. Nadie se movió por unos momentos, pero después, al mismo tiempo desviaron la mirada y volvieron a su antigua posición.

Estaban rodeados de personas pero sentían sólo la presencia del otro. Sólo escuchaban el corazón del otro.

El autobús dió aparición y subieron junto algunas personas más que lo esperaban como ellos. El menor tomó asiento junto a Minho y poco tiempo después de algunas paradas más llegaron a la suya. Bajaron aún con las manos entrelazadas, caminando hasta el hospital en dónde entraron y esperaron en su lugar respectivo hasta que los llamaran.

Unos minutos aburridos pasaron hasta que los llamaron y se acercaron a la señorita, entrando al consultorio del Doctor.

― Pasen, pasen, tomen asiento.

Minho hizo caso mientras Seungmin le regalaba una gran y radiante sonrisa al doctor detrás del escritorio de metal.

― Seungminnie, ¿Cómo has estado en éste último mes?

Minho arqueó una ceja ante el apodo hacia el menor y se cruzo de brazos.

¿De donde sacó tanta confianza?

Sabía que Seungmin veía al mismo Doctor cada que sus citas para controlar su embarazo eran requeridas, pero enserio esperaba que aquel hombre respete sus límites como doctor-paciente. De ninguna forma podría aceptar ver a Seungmin siendo molestado o irritado por alguna persona de malas intenciones.

Él protege a Seungmin.

Él cuida de Seungmin.

No es amor, Minho no cree que sea eso, siente que es un tipo de instinto por protegerlo, un sentimiento de preocupación aunque no lo muestre a conciencia o diga en voz alta, porque después de todo le tiene un cariño. Han estado conviviendo durante casi cuatro meses, era obvio que un cariño y respeto se cree entre ellos.

Porque no es amor, es respeto... ¿Verdad?

― Minho, él es el doctor Bang. ― Seungmin dirigió sus ojitos hacia el hombre y le sonrió. ― Channie, él es Minho.

Channie.

Minho bufó con recelo y se avergonzó al instante por no poder controlar sus acciones frente al Doctor.

― Un gusto, Minho. ― Dijo el doctor, con una suave y amable sonrisa que podría enamorar a cualquiera. ― Dígame Chan.

― Igualmente, es un placer. ― Contesto cortante.

El doctor extendió su mano hacia el pelinegro, que correspondió decidido. Él siempre es un hombre educado, pero ahora simplemente estrechar sus manos con ese Channie parece molestarlo en sobremanera.

― Usted es muy afortunado, Seungmin es un chico genial.

― No digas eso... ― Seungmin río suavemente sintiendo sus mejillas arder.

― Es la verdad. ― Le regaló una sonrisa amable al menor.

Esto enserio no es nada profesional, pensó Minho con molestia. Seungmin sólo sonrió nervioso.

Channie asintió con una sonrisa en los labios. ― Procedamos con la ecografía.

El oji dorado asintió. Caminó hasta la camilla donde se recostó con cuidado y con la ayuda de Minho, quien se sentó a su lado. Minutos después todo estaba listo para la ecografía.

"Quisiera una niña..."

Escuchó la voz de Minho en su cabeza.

"Con tal que esté sano"

Seungmin le extendió su pequeña mano a Minho quien sin pensarlo la tomó con cuidado. Chan se acercó con los guantes y levantó la camiseta de Seungmin dejando su abultado vientre descubierto. El peli negro observó la piel descubierta y luego a su bonito rostro, dándose cuenta de lo dulce que se veía con esa pancita abultada. Es la casita del bebé que tendrían y pensar en eso lo hizo sentir algo en su pecho, algo que lo confundió.

― Esto se sentirá frío, no te muevas mucho Seungmin, ¿Si? ― El menor mordió su labio inferior y asintió.

El gel cayó en su piel y erizó los bellos de todo su cuerpo, apretando el agarre de Minho en su mano izquierda.

― E-esto no molesta al bebé, ¿Verdad? ― Pregunto Seungmin tímido. ― Porque está muy frío...

Minho miró al menor que mordía su labio inferior.

Tierno, pensó alzando ligeramente una comisura de sus labios.

Chan rió nasalmente, negando con la cabeza. ― Descuida, no es así.

El hombre rubio esparció la sustancia en su vientre para minutos después acercar aquel aparato al mismo lugar y moverlo de forma extraña para el de ojos dorados.

― Miren aquí, por favor. ― Apuntó la pantalla en blanco y negro a un lado suyo.

Seungmin dirigió sus ojos dorados hasta donde se le indicó, al igual que Minho. Su dorada mirada escaneó la pantalla donde la abstracta imagen poco a poco cobraba sentido. Sintió sus ojos lagrimear al ver con detalle la imagen que se formaba. Esas dos manchitas en la pantalla estaban provocando diferentes emociones dentro suyo.

Minho por su parte sonrió como pocas veces hace. Una sonrisa ligera y sincera, ese sentimiento de calidez en su cuerpo crecer y apretó la mano de Seungmin. El menor rápidamente miró al peli-negro con los ojos llorosos y la nariz rojita, viendo la tranquila sonrisa en sus labios haciéndole sonreír a él de la misma forma. La felicidad cruzando por sus venas y marchándose en gran parte tan rápido como llegó ante las palabras del doctor.

―Felicidades, tienen mellizas.

Se sentía tan bien. Se sentía como si fueran una familia. Pero aunque Minho estuviera sonriendo, la preocupación llenó su cuerpo de repente.

Porque no todo es perfecto y Seungmin lo supo cuando vio la preocupación y molestia en los ojos del mayor, más no dijo nada.

La alegría, angustia y molestia llenaron el corazón de Minho.

Seungmin sólo sonrió aún más y acarició el dorso de la mano de Minho con cariño. Se miraron y una vez más se sonrieron levemente. Seungmin también sentía miedo.

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gracias por leer<3

desire of love ✧ knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora